La ideología ‘woke’ y la inmigración irregular: «Sánchez frente a Trump»
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Escribíamos el pasado 20 de enero que el regreso de Trump a la Casa Blanca quizás significara un parteaguas en la historia reciente con su programa, y su firme decisión de cumplirlo. Transcurridas apenas tres semanas, esa posibilidad parece confirmarse, – ya calificamos este nuevo mandato de alternativa y no de una mera alternancia- a la vista de las órdenes ejecutivas y declaraciones que ha efectuado tanto las referidas a la política nacional de su país, como- y muy especialmente- las del ámbito internacional. Lo cierto es que basta observar los medios para comprobar que están acaparando la atención mediática mundial las noticias centradas en él. De entre todas ellas, sin duda Gaza, Groenlandia, y quizás también Canadá, destacan por el interés y polémica despertados. Era tan previsible produjeran esas consecuencias, que puede deducirse que respondan a una estrategia negociadora.
Lo de Gaza se asemejaría a empezar tan sorprendentemente para intentar crear la necesidad forzosa de negociar ante algunas actitudes islámicas desafiantes y prepotentes. Quizás hubiera bastado con plantear que una fuerza multinacional de paz ocupase la Franja al igual que se hizo con la península del Sinaí tras las guerras de los Seis días de 1967, y la del Yom Kippur de 1973 que estuvieron desplegadas allí según los acuerdos de Camp David de 1978 y hasta los años 90. Plantear la solución de Gaza como si fuera una «gran operación inmobiliaria» suena histriónico, y permite a la izquierda ampararse en ello para desautorizar sus iniciativas contra la ideología woke que son una enmienda de totalidad contra el dogma de la corrección política impuesto en Occidente. No pudiendo en el escenario político global interpretarse este anuncio sin tener en cuenta la situación en Ucrania con Rusia de protagonista y con China en la retaguardia a la expectativa por Taiwán, puede pensarse en una discreta negociación a diferentes bandas. No hay que olvidar que Rusia se retiró pacíficamente de Siria tras la caída de su aliado en la zona, Al Assad, que ahora está exiliado en Moscú acogido como refugiado político.
Por su parte, Xi Jinping fue invitado por Trump a su toma de posesión en un signo de relación bilateral insólita, donde estuvo representado por su número dos. El tratado bilateral de cooperación firmado por Putin en Pekín con su homónimo chino- en que abogan por un nuevo orden mundial multipolar,- se define para Rusia en Ucrania como su zona de influencia europea, que reivindica como polo de ese nuevo orden. En cuanto a China, gran superpotencia actualmente, Taiwán representa para ella lo que Ucrania para Moscú. La situación podría ser el resultado de un acuerdo geopolítico a tres bandas donde Rusia consolidaría su posición en Crimea y el Dombás, y China en Taiwán además de reforzar posiciones en África.
Por su parte, EEUU afianzaría su presencia en otros países del continente americano tanto por el norte con Canadá, como por el sur con Panamá. Y sin descartar que pretenda recuperar la doctrina Monroe de «America para los americanos», es decir: para EEUU. Y sin olvidar Groenlandia, que en teoría pertenece a Dinamarca, país de la UE y la OTAN… En este eventual escenario mundial multipolar, EEUU seguiría con un liderazgo global solo compartido con China, consolidando su influencia en Oriente Próximo con Israel como su aliado indiscutible y que la guerra pretendía alterar con Irán desplazando al Estado judío. La UE aparece como un polo virtual, convidado de piedra en un nuevo orden geopolítico donde EEUU y China formalizan un reparto de sus nuevas zonas de influencia en los cinco continentes.
Pero junto a estos asuntos internacionales destacan los asuntos internos estadounidenses que afectan a todo Occidente. Se trata de la ideología woke y la inmigración irregular, que para la Europa comunitaria son de una máxima relevancia por afectar de manera esencial a la identidad histórica de naciones que durante la denominada Edad Media,- entre la antigüedad y la modernidad,-fueron construidas sobre el derecho de Roma, la filosofía de Grecia y el cristianismo de Jerusalén. Y con Sánchez en España, pretendiendo ser el anti Trump occidental promoviendo la ideología woke y la inmigración irregular en la UE.