¿Habrá sorpresas en Galicia?
De un tiempo a esta parte, vengo defendiendo que Galicia es como el kilómetro cero de la política española: en Galicia despegó AP, en Galicia se vio que había espacio para una nueva izquierda precursora de Podemos, en Galicia comenzó la derrota del PSOE de Zapatero.
Suele ocurrir que las encuestas funcionan como predicción pero también intentan hacerlo como inducción del voto. Aun cuando actúan como inductoras (lo cual ocurre en esta fase de precampaña que estamos), suelen mostrar alguna tendencia interesante con la que se pueden adivinar las sorpresas.
Las primeras encuestas que hemos conocido muestran una victoria incuestionable de la candidatura Feijoo 20 (que podemos dudar sea la del PP, a juzgar por los carteles), una segunda plaza aparentemente segura para el PSdG-PSOE, una tercer plaza para el BNG (que duplicaría representación) y un cuarto lugar para unas “mareas de podemos” (GeC-Anova-Mareas locales) en declive. Si no hay sorpresas, ese sería el resultado. Pero, ¿qué sorpresas podría haber?
Una primera, aunque poco probable, sorpresa podría venir por la derecha. Parece que ni Vox ni Cs van a obtener representación. Pero no hay que olvidar que Vox obtuvo en las últimas elecciones generales en Galicia obtuvo el 7,8% de los votos (lo cual le valdría en unas autonómicas 5 escaños) y que Ciudadanos llegó a superar el 15% en las de Abril de 2019. Una mínima solidez de Vox respecto al resultado de las generales y un mínimo repunte de Ciudadanos (fenómenos ambos que a nivel estatal parecen claros), podría ofrecer una derecha en la que Feijoo no tuviese el monopolio.
Tanto si Cs y Vox entran como si no (hay margen para que Feijoo obtenga mayoría absoluta pese a la entrada de alguno), lo cierto es que Feijoo 20 es la versión evolucionada de un PPdeG que nunca fue igual al PP y cada día lo es menos. Seguramente con el tiempo nos llevemos la sorpresa de que, cuando se decía que el PPdeG es Galicia suma por sí solo, en realidad nos estaban anunciando que la autonomía irá a más, pero precisamente por ello la capacidad de liderazgo de Feijoo a nivel España irá a menos, aunque arrase.
Pero la principal sorpresa, mucho más probable, podría venir por la izquierda, donde se aprecia una tendencia clarísima a la consolidación del BNG. Su líder, Ana Pontón, es preferida como presidenta al candidato del PSOE. Si la tendencia se acelera en el final de la carrera, el PSOE podría caer a la tercera posición, y la coalición dominada por Podemos (GeC-Anova-Mareas) se desplomaría.
El éxito del Bloque no sería descabellado si se conoce la intrahistoria de la izquierda nacionalista gallega: AGE, En Marea y las Mareas municipales respondían a un deseo de regeneración democrática en la que el BNG había dejado de ser un instrumento de participación abierta en tanto la UPG, su fuerza nuclear, ejercía un dominio cerrado. Con el tiempo, Podemos ha demostrado que su modo de estar en las coaliciones es mucho más conflictivo de lo que era y es la UPG dentro del Bloque. La disminución de las tensiones internas del BNG, unido al atractivo de Ana Pontón, podrían propiciar un resultado inesperado. Si recordamos que en 2016 el BNG obtuvo 6 escaños y En Marea 14, el BNG tiene un umbral de crecimiento en los 20, y las “mareas de podemos” podrían incluso desaparecer.
Galicia puede volver a ser el kilómetro cero de nuestros cambios. En esta ocasión, además de una derrota del Gobierno progresista por la derecha (con un ensayo de reconfiguración de este espacio), tal vez le veamos fracasar también por la izquierda.
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