Posibles soluciones

El grave problema del precio de la electricidad (y III)

El grave problema del precio de la electricidad (y III)
  • MIGUEL ÁNGEL MERIGÓ Y PEDRO CANTARERO

Hemos visto en los anteriores artículos cómo hemos derivado desde la electricidad más barata de Europa hasta la situación actual en el otro extremo, con el recibo de la luz más caro de Europa, provocado por una serie de inversiones absurdas e ineficaces y la introducción del gas como gran productor de electricidad, al actuar como respaldo a las energías intermitentes renovables, eólica y solar. O sea, que se han planificado las renovables intermitentes (energías limpias) para respaldarse en el gas (gran emisor de CO2) como solución energética. Suena a gran tomadura de pelo.

La denominada Transición Energética será posible gracias a la evolución del sector energético, la generación libre de emisiones y la eficiencia energética. De todo el mix energético, solamente dos clases de energías cumplen las premisas de ser limpias, no necesitar respaldo de otras energías y ser económicamente eficientes para la producción de energía eléctrica: son la energía nuclear y la energía hidroeléctrica de bombeo.

Si comparamos los países con el KWh más elevado, como son Dinamarca y Alemania, vemos que Dinamarca depende en un 64% de las energías renovables y en Alemania solamente el 13,8 % es de origen nuclear y únicamente el 3,7 % proviene de la hidroeléctrica. En cambio, en los países con el KWh más barato, como son Finlandia y Francia, vemos que en Finlandia la nuclear aporta el 34,7% y la hidroeléctrica el 18,59% y en Francia la nuclear aporta el 71,18% y la hidráulica el 10,41%.

Es evidente que para abaratar el KWh hay que apostar por esas dos energías, que además resulta que cumplen con los requisitos de limpieza y autonomía que el cambio climático aconseja utilizar.

Parece que, de forma urgente y a propósito del cierre de las centrales de carbón, se ha tomado la decisión de que esos emplazamientos irán destinados a instalaciones de energías renovables. Teniendo en cuenta que las plantas nucleares son las que más empleo generan y las menos contaminantes con el medio ambiente, da la impresión de que se ha tomado una decisión política que de llevarse a cabo seguramente será de lamentar.

Si se abandonan los combustibles fósiles y la energía nuclear, no está claro cómo se podrá tener la energía de base que pueda garantizar el suministro las 24 horas los 365 días del año. Tampoco parece que las energías renovables generen empleo, más bien lo contrario. Son los grandes proyectos los generadores de empleo. Ahora bien, no mantener la cuota de participación de las plantas nucleares sería un error muy lamentable que además iría contra un principio generalmente aceptado, que es la conveniencia de la diversificación de las fuentes de suministro.

Almaraz será la central nuclear que llegará antes al fin de su vida útil. Sería conveniente para la economía, para el empleo, para la zona y para el sistema eléctrico español que los dos reactores fueran reemplazados en el emplazamiento por uno o dos EPR (European Pressurized Reactor).

En cualquier caso, para despejar el camino a posibles inversores en plantas nucleares, sería necesario: clarificar una posición, si no favorable, al menos neutra, con respecto a la energía nuclear y eliminar gran parte de la carga fiscal que las grava.

Con respecto a la generación de empleo esta información es ilustrativa: EDF Energy ya está construyendo dos reactores EPR en la central de Hinkley Point C en Somerset, al suroeste de Inglaterra. Según la compañía, la construcción de esta nueva central nuclear –situada al norte de su gemela Sizewell B- supondrá un enorme estímulo para la economía del Reino Unido tras la emergencia sanitaria y las consecuencias económicas del coronavirus, con la creación de cerca de 25.000 puestos de trabajo y más de 1.000 becas de formación. La decisión final del Gobierno sobre la DCO se espera a finales de este año, pudiendo comenzar los trabajos de construcción en 2022.

El método de bombeo es un método para el almacenamiento masivo de energía eléctrica y consiste en utilizar dos depósitos de agua, uno inferior y otro superior. Cuando sobra energía eléctrica (por la noche de los días laborables y fines de semana) se bombea el agua del depósito inferior al superior y cuando escasea la energía eléctrica (durante el día), se suelta el agua desde el superior al inferior, turbinándola y produciendo electricidad con un alternador. Son las denominadas centrales de bombeo (Pumped Storage Power Plant).

En España tenemos un ejemplo con La Muela, en la cuenca del Júcar. Este tipo de instalaciones no se pueden construir en cualquier parte, puesto que hace falta una orografía propicia, con diferencias de nivel fácilmente utilizables. Por ejemplo, en Holanda, que es un país prácticamente plano, sería muy fácil encontrar el sitio para el depósito inferior, pero la falta de montañas haría imposible la instalación del depósito superior.

España, sin embargo, es el sitio perfecto para este tipo de instalaciones. Tenemos la capacidad de embalse mayor de Europa, con 56.000 Hm3 y 1.225 grandes presas, repartidas por toda la geografía. Es la energía más barata del mix energético, con un coste de 3€/MWh. Cuando disminuye la generación hidroeléctrica sube el recibo de la luz. Por otra parte, la orografía, siendo España uno de los países más montañosos de Europa, es propicia para la instalación de este tipo de centrales.

Los embalses pueden ser utilizados como depósito inferior o superior, disminuyendo considerablemente el coste de este tipo de instalaciones. El ejemplo de La Muela muestra cómo un embalse existente se utiliza como depósito inferior, complementado con un depósito superior exclusivamente con la capacidad de agua necesaria para la instalación de la central de bombeo. La distancia entre los dos embalses es de 850 metros.

Las centrales de bombeo tienen, además, la ventaja de aumentar el aprovechamiento hidroeléctrico de los embalses en cuestión, como se puede comprobar en el caso de La Muela, donde pasan de 630 a 1720 MW de turbinación y producción de energía eléctrica en menos de 30 minutos. La potencia de una central de bombeo equivale a cuarenta centrales termosolares juntas. Tampoco es comparable el consumo del territorio.

Las centrales de bombeo, además de devolver durante el día la energía acumulada por la noche, ejercerían un rol de tecnología de respaldo y de cobertura de las situaciones críticas de demanda del sistema eléctrico. Y esas instalaciones se encienden y apagan casi tan sencillamente como se enciende o apaga la luz. En todas las otras tecnologías del mix energético, el encendido y apagado de su producción conlleva pérdidas muy importantes.

Según un estudio de la ANU (Universidad Nacional de Australia), en España se podrían conseguir 100.000 MW de batería e inercia gracias al bombeo, de los cuales 50.000 serían para consumo propio y 50.000 para exportar a Europa.

Una combinación adecuada de electrificación, nuclear, hidráulica, otras renovables y medidas económicas rápidas y eficaces, plasmadas en un Plan Energético Nacional, permitirían la parada de la sangría que produce el recibo de la luz para el tejido empresarial y para los bolsillos de todos los hogares españoles.

 

Miguel Ángel Merigó es ingeniero EPFL Suiza.
Pedro Cantarero es miembro del Grupo de Trabajo sobre el Cambio Climático del Congreso de los Diputados.

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