El futuro de la Princesa de Asturias a partir de la mayoría de edad
Se publica con frecuencia los últimos meses, en algunos medios de comunicación, supuestos planes ya fijados para el futuro de la Princesa Leonor, a partir del próximo curso y, sobre todo, después de jurar en un acto solemne en las Cortes su fidelidad a todos los principios y leyes contenidos en la Constitución española. Aunque la primogénita de los Reyes pasó a ser la sucesora de la Corona el 19 de junio de 2014, momento en el que su padre, el Príncipe Felipe, fue proclamado nuevo jefe del Estado, la jura de la heredera al trono al llegar al cumplir 18 años y alcanzar la mayoría de edad sellará su compromiso ante los representantes de la ciudadanía española. Al prestar juramento de fidelidad al Rey, desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas, la Princesa de Asturias quedará designada a todos los efectos heredera de la Corona de España.
Y a partir de entonces, ¿qué va a pasar? La respuesta lógica a esa pregunta es que Leonor dedicará su tiempo a formarse en todas las materias que le sean necesarias o incluso imprescindibles para desempeñar la Jefatura del Estado cuando llegue el momento. Hace ya 9 años, los responsables máximos de la Casa de S.M. el Rey admitían que los patrones que se siguieron con el actual monarca servirían de referencia para la formación de la heredera, que en ese momento se veía muy lejana. Pero el tiempo pasa rápido, y cuando se pregunta a los portavoces oficiales del Palacio de la Zarzuela si ya tienen decidida cómo va a ser la hoja de ruta de la heredera de ahora en adelante, la contestación es que aún quedan muchos meses por delante y que poco a poco se tomarán las decisiones que luego se irán comunicando a la sociedad. Por lógica, hay que pensar que la Princesa de Asturias tendrá que recibir una sólida formación militar que, en el caso de don Felipe, pasó por dedicar tres años a conocer a fondo el mundo castrense, uno en cada una de las tres Academias: la General de Zaragoza, la de la Armada en Marín y la del Aire en San Javier. Lo que no se sabe es si será igual para la heredera actual o se abreviaría en su caso, dado que ahora el Ejército español es desde hace años profesional y no voluntario, como en tiempos de su padre. A esa formación castrense, por lógica, le sucederá el paso por la Universidad y si es posible, un par de años en un centro de prestigio extranjero para completar con un máster sus estudios académicos.
En todo este asunto, hay un par de circunstancias que es importante considerar: por una parte, el plan de formación de la sucesora de Felipe VI tendrá que ser consensuado entre la Casa Real y el Gobierno de la Nación, al igual que se hizo en el caso del actual monarca. Y por otra, hay que contar que la Constitución no marca en ninguno de sus artículos cómo debe ser la formación del heredero, en este caso heredera, ni tampoco a qué debe dedicar su tiempo hasta el momento que llegue a ser reina. Eso deja un margen de maniobrabilidad que en el caso del Rey Felipe se administró de forma correcta ya que se dedicó a viajar por todas las Comunidades Autónomas, a conocer el complejo entramado de las Instituciones Europeas, a representar al Estado español en la toma de posesión de los presidentes iberoamericanos y a ampliar su relación con otras Casas Reales y personalidades relevantes de todo el mundo.
Quedamos a la espera de que el Palacio de la Zarzuela nos aclare pronto cuál va a ser el programa de formación que seguirá la Princesa Leonor después de alcanzar la mayoría de edad, el próximo 31 de octubre.
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