Fernando Simón es un peligro público
La información que publica OKDIARIO resulta inquietante: hasta el momento, la Delegación del Gobierno en Madrid ha recibido 45 peticiones de manifestación o concentración el 8M, un número que ya supera las 39 que se celebraron el año pasado. Por parte del Gobierno, los mensajes son contradictorios: mientras la ministra de Sanidad se muestra en contra, el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, ha asegurado que que ya se habían autorizado algunas «peticiones» de organizaciones feministas de menos de 500 personas. Según Franco ese es el límite fijado por la Comunidad de Madrid, pero desde el Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso niega que ese límite exista y acusan a Franco de inventarse ese criterio.
A última hora ha terciado en la polémica el ínclito Fernando Simón, que si el año pasado, con la que estaba cayendo, animó a acudir a las manifestaciones, ahora asegura que «no es lo mismo ir debajo de un paso de Semana Santa que en una concentración de 500 personas con medidas de seguridad». La comparación es absurda, porque ambas cosas representan un riesgo inaceptable. Simón lo que ha hecho, otra vez, es alentar -minimizando los riesgos de la manifestación feminista- a que la gente se eche a la calle. Un tipo así perjudica seriamente la salud y en cualquier lugar serio del mundo sería fulminantemente cesado.
OKDIARIO reveló que los contagios se dispararon un 2.064% en Madrid tras el 8M y, según un último informe, en caso de que el confinamiento se hubiera producido una semana antes, evitando así las manifestaciones del Día de la Mujer, el número de muertos podría haberse reducido en más de 20.000 personas. Pese a ello, y aunque la situación sigue siendo de enorme gravedad, Podemos y la ministra de Igualdad, Irene Montero, han animado a salir masivamente a la calle. «Este 8M más feminismo que nunca», jaleaba.
La propuesta de las organizaciones feministas próximas a la formación morada pasa por evitar una gran manifestación unitaria en Madrid y celebrar concentraciones en distintas localidades de la Comunidad, un disparate que demuestra hasta qué punto están dispuestas a llevar al límite su sectarismo ideológico. Lo cierto es que a medida que se acerca la fecha, las asociaciones feministas más radicales intensifican su desafío y su desprecio a la salud de los ciudadanos. Ni los miles de muertos, ni el número de contagios les sirve para desconvocar unas concentraciones que, por mucho que se extremen las medidas de seguridad, representan todo un atentado contra la salud pública. Y al frente de los manifestantes, Fernando Simón.
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