El famoso oasis catalán siempre fue mediático

El famoso oasis catalán siempre fue mediático
  • Xavier Rius
  • Periodista y cofundador del diario E-notícies. He sido redactor en La Vanguardia y jefe de sección del diario El Mundo. Escribo sobre política catalana.

Confío poco en el nuevo canal íntegramente en catalán que va a poner en marcha Pedro Sánchez. Me temo que va a ser una nueva TV3. Al fin y al cabo, Salvador Illa no se ha atrevido a tocar ni una coma de la cadena autonómica.

El nuevo canal, 2CAT, ha sido ya aprobado por el consejo de administración de RTVE donde, como se sabe, han recalado conspicuos independentistas que hasta ahora estaban en contra de España.

Como el periodista Miquel Calçada, a propuesta de Junts; o el ex jefe de prensa de Junqueras, Sergi Sol, aunque este está de baja por una grave enfermedad. Que se recupere desde aquí.

La iniciativa es fruto de otra cesión del PSOE a Junts. Otra, quiero decir. El lunes, RTVE dijo la típica excusa de que el nuevo canal tiene «vocación de proximidad» y mostrar una Cataluña «diversa, moderna y orgullosa». Como TV3, añadiría yo.

Al fin y al cabo, TV3 fue la televisión oficial del proceso. No pararon de echar leña al fuego durante esos años. Hasta convocaban a las manifestaciones. En agosto, en plenas vacaciones, ya estaban haciendo previas sobre la Diada. Y casi informaban a los catalanes de Besalú o de Mollerussa a qué tramo de la manifestación deberían dirigirse.

Lamentablemente, Salvador Illa no ha tocado nada. Los mismos humoristas que practicaban ese zafio sentido del humor del «Puta España» siguen en sus puestos haciendo, más o menos, las mismas bromas. Quizá ahora han modulado un poco el lenguaje porque se juegan las lentejas o para disimular.

De hecho, ni siquiera TVE-San Cugat ha sido nunca una alternativa a TV3. Cuando llegaron hicieron lo que han hecho todos, incluido el PP: poner a los suyos.

Como Gemma Nierga, que presenta un magazín matinal. Desde que dijo aquello de «dialoguen», saltándose el guión, en la manifestación por el asesinato de Ernest Lluch, con el cuerpo del exministro todavía caliente, tiene el puesto de trabajo asegurado.

O Marc Giró, una estrella ascendente que presenta un late show. No sabría decirles porque no lo he visto nunca. Pero el otro día lo elogiaba Jordi Évole. O sea, que ya sé por dónde deben ir los tiros.

Un día hace años, durante el proceso, le oí una broma en Rac1 y pensé que todos eran de la misma cuerda. Porque, además, en efecto, el sistema mediático catalán es un magma.

En vez de hacerse la competencia Rac1 y TV3, los presentadores pasan de un lado a otro. La cadena del conde ha dado cobijo también a notables independentistas como Pere Mas o Tian Riba, que son colaboradores. El primero fue descabalgado de Catalunya Ràdio por hacerle una broma al rey emérito. Aunque, en realidad, el que se la hizo fue Ricard Ustrell, quien ha hecho carrera en TV3.

Pujol sabía lo que se hacía. No en vano, lo primero que hizo tras llegar al poder en los años 80 fue la Ley de Normalización Lingüística y, después, crear Catalunya Ràdio y TV3.

También, de paso, cargarse las frecuencias de la Cope en su día, que pasaron a una cadena de radio próxima a Convergencia: Ona Catalana, que fracasó. Rac1 les comió el terreno con una radio más ágil y urbana. Tenía que ser Catalunya Ràdio si perdían el poder.

O, por supuesto, subvencionando la prensa en catalán. El otro día vi a un amigo mío, militante de Esquerra, con un periódico bajo el brazo y hasta lo felicité. ¿Quién compra ahora un ejemplar en papel? Nadie, absolutamente nadie. Huelga decir que, en este caso, el ejemplar en cuestión era El Punt-Avui.

Pero, entonces, si nadie compra un diario de papel, ¿de qué viven? Pues de subvenciones, de publicidad institucional y de compra de ejemplares para mantener tiradas ficticias. Hace años no era extraño subirte a un tren de Rodalies y había una Vanguardia en cada asiento. Más valdría que invirtieran en los trenes o las vías.

El famoso oasis catalán siempre fue mediático. Por eso, la nueva televisión española en catalán solo será una prolongación de TV3. Los catalanes vivimos en una burbuja informativa de la que es muy difícil escapar.

Lo último en Opinión

Últimas noticias