El evangelio según Santa Yolanda Díaz

Carla de la Lá

Nuestra hiperactiva vice Yolanda Díaz, AKA ‘Yo’ Díaz, nos sorprende cada semana con nuevos volantes, lazadas, sobrefaldas, peplums y con sus divertidas peripecias, como nueva villana indiscutible del panorama político nacional.

La aspirante a presidenta de todos los españoles, YoDíaz, que pasó de las botas pisamierdas , el pañuelo palestino, las ojeras azules, y el corte y flequillo borroka a dejarse largos caireles teñidos de rubio, labios carmín, salones nude y almibarados vestidos femeniles a lo Kate Middleton, ha cambiado también la naturaleza de su discurso.
Ahora nuestra ministra comunista, animada tras su selfi con el Sumo Pontífice parafrasea los evangelios en el Congreso y se atreve a dar lecciones a sus compañeros y rivales arrojándoles versículos con la carita toda iluminada como la niña repipi que acabara de deglutir su primera comunión envuelta en traje de organza.

Cierto es que nuestra política más adicta a las ghd, elige referencias elementales: «un rico difícilmente entrará en el reino de los cielos» pero ni por esas las entiende, primero porque las Escrituras no pueden comprenderse fuera de contexto, la biblia sólo se interpreta con la totalidad de la Biblia; segundo porque es comunista.

Sí, lo sé… Resulta muy atractivo para muches creer que Cristo fue comunista, también para Yolanda y sus secuaces. El primer comunista del mundo fue Jesucristo, dijo el líder del Partido Comunista de Rusia. ¿Acaso no estaba en contra de los ricos y poderosos? ¿No se rodeó de gentes sencillas? ¿No vivían en una especie de comuna?

Vamos a ver, con arreglo a la doctrina cristiana, la persona que se convierte al Señor debe experimentar un cambio de corazón que le lleve a compartir con sus hermanos con un espíritu caritativo y generosidad. Pero Cristo no vino al mundo para librarnos de las injusticias de un sistema político o económico, sino que vino para reconciliarnos con Dios y librarnos de nuestro pecado, mediante su sacrificio en la cruz, su doctrina es espiritual, no terrenal.

Con respecto a la forma de vida de Cristo y sus discípulos, quienes compartían sus bienes lo hacían voluntariamente y no todas las posesiones se ponían en común, seguía habiendo propiedad privada.

Hoy, para todos los románticos que desconocen la Palabra, con mucho cariño: el social-comunismo es antagónico con la Fe cristiana.
El comunismo, querida Yo, busca apoderarse de los medios de producción mediante un movimiento violento, la revolución, donde la sociedad, mejor dicho, el Estado, está por encima de las personas.

El texto de Marcos, Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios procede del siguiente suceso: un joven se acerca a Jesús preguntándole cómo puede obtener la vida eterna. “Guarda los mandamientos” responde Jesús y el joven afirma haberlos guardado siempre. “Una cosa te falta” afirma Jesús “vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, toma tu cruz y sígueme”. El joven se aleja entristecido (porque era muy rico) y Jesús comenta a sus discípulos cuán difícil es entrar en el reino de Jesús a los que confían en las riquezas.

Este pasaje no habla de un sistema económico injusto, sino de nuestros apegos terrenales, que pueden convertirse en un lastre obstaculizando nuestra vida espiritual.

¿Es posible ser cristiano y comulgar con una ideología como la de nuestro gobierno y Yo Díaz (causante de millones de muertes en el mundo)? Rotundamente, no.

¿Destacó Marx, como Jesús, por su amor al prójimo? ¿Es recordado Lenin, como Jesús, por su humildad y compasión? ¿Se hallaba Stalin como Cristo predispuesto a perdonar? ¿Fue Jesucristo un defensor del materialismo? ¿Consideraba que la religión era el “opio del pueblo” y la oración y la visita al templo actos reaccionarios? ¿Obligaba a las personas a aceptar sus ideas por medio de la fuerza?

Querides comunistes, más que lanzar erráticos mensajes pseudocristianos al Congreso, repitan a sus feligreses que menos sopita boba y que trabajen, porque “El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.” (2 Corintios 9).
Pueden hablarles también de la parábola de los talentos (Mateo 25) donde Jesús describe cómo un amo puso dinero en manos de sus sirvientes para que lo hicieran producir ganancias y el que no sacó ganancia es el que fue castigado.

¿Quiere decir esto que Dios apoya incondicionalmente el capitalismo? No. Ni el comunismo ni el capitalismo ni ningún sistema humano son la solución a nuestros problemas.

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