En Europa corres peligro si no tienes la religión adecuada

Un español fue apuñalado en Berlín el viernes pasado. Un vizcaíno de 33 años identificado como Iker que sufrió heridas potencialmente mortales en el cuello y fue operado de urgencia tras ser inducido al coma. Un turista que simplemente se paseaba por el Memorial del Holocausto. Como hemos hecho muchos. Como deberíamos hacer muchos. Por suerte, su vida ya no corre peligro. Pero vamos a tener cada vez más miedo de molestarles. Hay, incluso, sujetos que se ofenden si los ciudadanos corrientes osan sacar a su perro a la calle. No es ninguna tontería. Hay una diferencia de grado, pero son cercanos a los que consideran gravemente punible visitar un lugar simbólico para los judíos y para la mayor parte de los europeos con conciencia como hacía Iker.
Yo no sé quién va tranquilo ahora a los mercados de Navidad, por ejemplo. ¡De qué manera el yihadismo asesino se ha cebado en ellos este invierno en Alemania! Y es que el atentado terrorista de motivación islamista ha acabado siendo tan tradicional en Navidad como las figuritas del Belén. Yo pensaba que el multiculturalismo sería otra cosa. Recuerdo, de cuando era europarlamentaria, la incómoda aprensión de cada año ante de la idea de visitar o no el precioso mercado navideño de Estrasburgo. De hecho, hubo un siniestro bingo un martes del 2018. El criminal, Chérif Chekatt, un tipo de 29 años y nacido en el seno de una familia argelina, llevaba un arma de fuego que dirigió a una multitud compuesta básicamente de familias con niños gritando ese horror de «¡Allahu Akbar!». Se cargó a cinco personas e hirió a once, cinco de ellas de gravedad. Yo podría haber estado perfectamente comprando allí esa tarde.
El autor de los atentados de Estrasburgo contaba con 27 antecedentes por delitos menores (especialmente robo y robo con violencia) en Francia, además de otros en Alemania y Suiza, y se le encontró luego en el fichero S que señala a tipos con potencial riesgo para la seguridad del Estado. Quien apuñaló en Berlín a Iker es un refugiado sirio de 19 años. Se encontraba legalmente en Alemania y actuó por «motivos religiosos». Al parecer llevaba varias semanas planeando «matar a judíos», así que mucho trabajo no tendría. Imagino que vivía de las ayudas del gobierno alemán. Debe de ser lo que llaman «ocio creativo».
No sé cómo puede extrañar tanto la subida de Alternative für Deutschland (AfD) en un país aterrorizado que tuco un shock así dos días antes de las elecciones parlamentarias. Lo sorprendente sería que la inmigración hostil no se hubiera convertido en uno de los temas principales cuando llevan cinco atentados mortales, con yihadistas implicados, en los últimos nueve meses. Y porque se han impedido varios más. Por ejemplo, un checheno de nacionalidad rusa de 18 años fue detenido estos días en Brandeburgo como sospechoso de planear un ataque terrorista. Al parecer, reside en la ciudad de Potsdam y uno de sus posibles objetivos era la Embajada de Israel en Berlín.
El resultado récord del partido ultraderechista AfD en las elecciones generales en Alemania fue para muchos el más importante de la noche de este pasado domingo. AfD se fundó en 2013 como un partido centrado en cuestiones económicas y de soberanía fiscal alemana. Comenzó como un partido euroescéptico y de libre mercado, crítico del euro y opuesto a los rescates a los países del sur de Europa apoyados por Alemania. La crisis de refugiados de 2015 lo cambió todo. Con ellos se han colado individuos peligrosos para nuestras sociedades. Muy mal asunto.