Esperando el ‘Habemus Papa’, que no el ‘Habemus presidente’

Pedro Sánchez

Dos lunes atrás el 21 de abril, fallecía en Roma el Papa Francisco, y el pasado lunes 28 de abril, vivimos el caos -sin precedente conocido en España-, de un gran apagón eléctrico, además de telefónico, digital y de comunicaciones, con la excepción de la radio. Han sido dos acontecimientos, sin duda «distintos y distantes», pero con el común nexo de ser ambos sucesos de singular relevancia.

Se dice que «no hay dos sin tres», y veremos si el lunes de hoy el refrán popular se cumple, aunque no dice que esa tercera ocasión deba ser con carácter inmediato. En cuanto al primero de ellos, el nuevo Papa, vicario de Cristo en la Tierra y 268 sucesor de Pedro, centrará el interés informativo internacional de esta semana con el cónclave de los 133 cardenales electores reunidos a partir de este inmediato miércoles 7 de mayo, aislados del mundo en la maravillosa Capilla Sixtina del Vaticano.

Por su parte, el apagón informativo del gubernamental Frente Popular sanchista «progresista y ex feminista» permanece invariable: «Se desconoce» la causa de tal caos y no se descarta ninguna hipótesis. De hecho, la más reciente reunión del Consejo de Seguridad Nacional ha acordado crear dos comités investigadores, uno para la hipótesis técnica y otro para la hipótesis del atentado cibernético. A estas alturas, y conociendo la credibilidad del personaje residente en La Moncloa, esa presunta ignorancia apunta a alejar ese 28 de abril que ya está en la Historia de España. De hecho, este mismo 7 de mayo comparece en el Congreso donde es muy probable que reitere lo anunciado a las 18 y 23 horas de ese infausto lunes: que «no descarta nada y que no sabe nada con certeza». Salvo eso sí, señalando a las operadoras eléctricas privadas y alejando a Red Eléctrica de eventuales responsabilidades, y reafirmando su modelo energético ideológico de llenar el paisaje español de placas fotovoltaicas y molinos de viento generadores de energía eólica.

Muy diferentes, por supuesto, de aquellos molinos que inmortalizara nuestro genial Don Quijote de la Mancha. Y suprimiendo las centrales nucleares mientras le compramos gran cantidad de electricidad de ese origen a Francia, que lidera esa producción en la UE. Debe ser que nuestro vecino de su tan admirado colega, Macron, es un reaccionario de la ultraderecha climática. La Agenda 2030 como vemos, en este ámbito admite también planteamientos claramente opuestos y a Sánchez le han asignado ese papel para España. Por cierto, hablar de la empresa Red Eléctrica es referirse a una empresa participada en un 20% por la SEPI lo que le permite al gobierno controlarla ahora por medio de la sanchista Beatriz Corredor cuya única declaración pública ha sido decir que no piensa dimitir de su puesto (remunerado con más de 500.000 € anuales).

Esa compañía es la que debe garantizar el suministro de toda la electricidad generada en España -hidráulica, térmica, nuclear, renovables- a la demanda, ya sea ésta urbana, industrial o cualquier otra. Y ella había asegurado que un apagón como el sucedido era imposible que se produjera en España, que «tenía la mejor red eléctrica de Europa». Es decir, que si su empresa ha actuado perfectamente como ha afirmado, y lo que para ella era imposible sucediera ha sucedido, estamos ante una auténtica contradicción existencial. Algo en lo que el Frente Popular sanchista es un especialista dado que para su líder supremo la verdad y la mentira no existen, siendo su voluble opinión la que determina lo que es verdad o no en cada circunstancia. Que casualmente por supuesto, coincide siempre con lo que conviene a sus intereses personales y políticos del momento. Su comparecencia de esta semana para hablar de ello, también casualmente coincide con el comienzo del cónclave cardenalicio en el Vaticano lo que a Sánchez -cuyo aprecio y respeto hacia los católicos es perfectamente descriptible- le es de gran utilidad: para desviar el foco del interés informativo lejos de su histórico apagón. Que se sitúa en la línea de su acreditada condición de gafe: la Filomena de Madrid, el volcán de la Palma, la DANA de Valencia, el apagón de toda la España peninsular y hasta la próxima. Esperando el Habemus Papa que no el Habemus presidente.

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