España crece a golpe de empleo

España crece a golpe de empleo

El empleo sigue siendo el motor principal de la recuperación económica en España. A pesar de la parálisis institucional y de la incertidumbre política, las medidas desarrolladas durante los dos últimos años de legislatura por el Gobierno del Partido Popular siguen dando sus frutos. Así lo demuestran los datos de los Servicios Públicos de Empleo, el antiguo INEM. En base a ellos, el mejor mayo en la historia de este indicador ha situado el número de parados por debajo de los 4 millones por primera vez en seis años. Cifras que, además, se completan con un incremento de 198.000 cotizantes en las afiliaciones de la Seguridad Social. Un hito histórico para la economía española que tiene efectos directos sobre el consumo y la capacidad de las arcas públicas. De hecho, otro buen dato es el aumento en un 17% de la contratación indefinida, de modo que crece el empleo de calidad con 145.760 puestos de trabajo de estas características.

Resulta también muy importante que la cifra de afiliados a la Seguridad Social haya aumentado en todas las comunidades autónomas, evitando así que España se convierta en un país de dos velocidades con diferencias insalvables entre las regiones del norte y del sur. No obstante, cabe lamentar que la reforma laboral acometida por la ministra de Trabajo y Seguridad Social en funciones, Fátima Báñez, no se hiciera antes. Si el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero hubiera cambiado su rumbo en 2010, el país habría salido antes de la crisis. Entonces, el paro superó los 4 millones de personas y el ministro Celestino Corbacho tuvo que dejar su puesto. Rodríguez Zapatero tendría que haber iniciado una reforma laboral a la que no se atrevió y que ahora se ha demostrado imprescindible para que España se sitúe de nuevo a la cabeza de los países que más crecen en la Unión Europea, al 3,4% interanual. El reto ahora es reducir el endeudamiento, que supone el 100% del Producto Interior Bruto (PIB) además de corregir el déficit. Para ello, es fundamental que los ciudadanos definan con su voto un Ejecutivo estable en las próximas elecciones generales del 26 de junio y que los mandatarios resultantes sigan incidiendo en las reformas que nos han traído hasta aquí.

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