Enemigo de España y amigo de paraísos fiscales
El millonario trotskista Jaume Roures dice que es de «izquierdas», pero el rastro de su imperio se pierde entre sociedades radicadas en paraísos fiscales que sirven para soslayar el compromiso ineludible que cualquier ciudadano tiene con Hacienda. Roures es muchas cosas y casi todas las ha descubierto en exclusiva OKDIARIO: amo y señor monolítico de los derechos televisivos del fútbol, su imperio investigado por el FBI, apoyo en la sombra del separatismo catalán, amigo y padrino de Oriol Junqueras y Pablo Iglesias y, sobre todo, un enemigo de España. No se puede calificar de otra forma a una persona que apoya de manera directa e indirecta un movimiento que trata de romper nuestro país.
Además, persevera en esa condición al utilizar territorios offshore para radicar sociedades con las que poder privar al erario público de unas cantidades que, dada su fortuna, serían fundamentales para asuntos tan importantes como Dependencia, Sanidad, Educación, Infraestructuras… y un largo etcétera que debería ser férreo como un credo para alguien que dice sentirse muy unido a los más necesitados. La sensibilidad social de Roures es pura filfa, se esfuma detrás del rastro de su opaco imperio. El hombre que se ha hecho rico gracias al país que odia, obviamente, no iba a consentir dejar un sólo duro de su grupo, o al menos una jugosa porción, en las arcas públicas. La pena es que haya personas que aún permitan que este magnate siga riéndose en la cara de todos los españoles.
La predilección del grupo de Roures por los paraísos fiscales define su valor empresarial y humano. El Gobierno debería cortar de raíz su poder omnímodo en la adquisición de los derechos televisivos. España no puede seguir agrandando el bolsillo de un grupo que después se encomienda a la ingeniería financiera que sea necesaria con tal de no contribuir al Estado que alimenta la condición de multimillonario de su propietario. Con el FBI pisándole los talones, proyecta una imagen a nivel internacional que dice poco o nada de nuestro país. España debe cortarle el grifo a Roures de una vez por todas.