Tras su «echa al negro», la UEFA tiene que echar a Coltescu

Tras su «echa al negro», la UEFA tiene que echar a Coltescu

Si la UEFA quiere erradicar cualquier atisbo o sombra de racismo en el fútbol, tiene que ser contundente a la hora de sancionar a quienes dentro de un campo de juego expresan actitudes y comportamientos xenófobos o se manifiestan en términos que pueden ser interpretados de tal modo. No se trata de perderse en disquisiciones sobre si el cuarto árbitro del partido entre el París-Saint Germain y el Basaksehir es racista por decir «echa al negro» al colegiado que expulsó a Pierre Webó, miembro del equipo técnico del equipo otomano, sino de castigar de forma contundente la expresión elegida por el asistente rumano Sebastian Coltescu para dirigirse al árbitro del partido.

Sebastian Coltescu tiene un largo historial de polémicas arbitrales dentro y fuera de su país. Su historial no le convierte en sospechoso de racismo, pero debe ser sancionado por su evidente falta de respeto. LA UEFA es meridianamente clara: un colegiado no puede dirigirse o identificar a los jugadores o a los miembros de los equipos técnicos en los términos empleados por Coltescu. La educación es fundamental dentro de un terreno de juego: lo que es exigible para los jugadores debe ser exigible para el equipo arbitral, de modo que ese «echa al negro» que utilizó el cuarto árbitro rumano para identificar a Pierre Webó es inaceptable, sin entrar a valorar si la expresión esconde o no un comportamiento racista.

Si queremos que el fútbol encarne valores y sirva de referencia a los nuevas generaciones, hay que ser contundentes a la hora de apartar del deporte a quienes no están a la altura de la educación y el juego limpio, porque el fútbol no es sólo competición y espectáculo, sino un referente para la juventud del mundo entero. Sebastian Coltescu puede no ser racista, pero su manera de identificar a un miembro del equipo técnico del Basaksehir turco es absolutamente criticable. Ese «echa al negro» que salió de su boca debería ser suficiente para que la UEFA le echara de los campos de juego.

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