Discípulos aventajados de Maduro
La cultura del pucherazo es norma en el populismo político. Si la comunidad internacional se llevaba las manos a la cabeza el pasado lunes tras contemplar las trampas que había hecho Nicolás Maduro para imponerse en las presidenciales de Venezuela, este miércoles les mostramos cómo los discípulos aventajados del chavismo en España hacen lo mismo. Podemos lo tenía todo atado y bien atado para que el plebiscito que propusieron Pablo Iglesias e Irene Montero sobre su potencial dimisión diera el resultado que tenía que dar para sus intereses: que se queden. Así, el sistema acepta todo tipo de votos a la misma persona y tantas veces como le apetezca.
De ese modo se aseguran, con la suficiente estrategia y organización —ellos manejan el sistema— que el escrutinio otorgue el refrendo a la compra del casoplón de más de 600.000 euros. Por lo tanto, estamos ante una consulta de cartón piedra que no hace más que ahondar en la hipocresía y la fatuidad del mensaje podemita. Con estas votaciones manejadas por unos pocos, lo único que querían era legitimar la compra de la casa y así aparentar que el partido está cohesionado en torno a sus líderes y a la democracia interna.Nada más lejos de la realidad.
Por todos es conocida la tendencia a la purga de Pablo Iglesias ante los disidentes. Lo hizo con Carolina Bescansa. Lo hizo incluso con el que era su amigo y principal ideólogo del proyecto: Íñigo Errejón. Como demuestra OKDIARIO, el plebiscito no puede ser más falso. ¿Qué credibilidad tiene una consulta a las bases cuyos votos carecen de cualquier tipo de control? Los líderes populistas tienden a colocarse en una posición mesiánica a través de la que acaban infravalorando la capacidad de aquellos a los que se dirigen. Afortunadamente, hace mucho tiempo que en España se les cayó el disfraz. Son émulos del chavismo más recalcitrante. Ayer Maduro. Hoy Irene Montero y Pablo Iglesia. Tanto monta. Monta tanto.