Dios y ley vieja
Estas cuatro palabras resumen el código genético del Partido Nacionalista Vasco, el viejo partido conservador que sostiene al Gobierno de Pedro Sánchez. Como ven, un lema muy laico y muy progresista, muy propio de la España de Sánchez en la que se pervierte el lenguaje con la misma normalidad (nueva y vieja) con la que Sánchez miente cada vez que abre la boca.
En la “nueva normalidad” -decretada por Sánchez tras haber agotado un estado de alarma de más de 90 días con el que instauró en España un régimen presidencialista y absolutista impropio de una democracia del Siglo XXI- el viejo partido conservador que se guía por el arcaico principio de Dios y la ley Vieja sigue alcanzando acuerdos con el nuevo PSE de Idioia Mendía, la líder socialista que celebra la comida navideña con el terrorista Otegi mientras cobra suculentos dividendos por seguir apoyando al nuevo PSOE de Pedro Sánchez, el líder socialista que gobierna España con el impulso de terroristas y golpistas confesos y en coalición con chavistas defensores de las dictaduras de América Latina y con comunistas defensores de genocidas como Lenin.
La “nueva normalidad” consiste en reforzar las políticas y a los individuos que han apostado y trabajado por el deterioro de la convivencia entre españoles para que sigan mandando en España quienes quieren acabar con la España democrática que surgió del Pacto de la Transición y que se plasmó en la Constitución del 78.
En la “nueva normalidad” la fiscalía se dedica a defender a los viejos y nuevos presuntos delincuentes, siempre que estos sean miembros del Gobierno de España o de los partidos que lo soportan. En la “nueva normalidad” solo habrá un poder encarnado en la figura del líder magnánimo que ha “salvado” 450.000 vidas.
En la “nueva normalidad” la propaganda sustituye definitivamente a los hechos y solo será verdad lo que proclame el gobierno; en la “nueva normalidad” la prensa libre pasará a ocupar un espacio marginal para convertirse en un nostálgico recuerdo del pasado.
En la “nueva normalidad” la Educación ha dejado de tener- como objetivo – siquiera formalmente- la vertebración del país y ser el instrumento igualitario más poderoso que tiene una democracia en sus manos para, por ley, y pasar a ser un departamento de adoctrinamiento de los niños en manos del Gobierno. Ya saben: “los hijos no son de los padres…”
En la “nueva normalidad” las instituciones públicas estarán al servicio del Gobierno y los servidores públicos que opten por mantener el honor y el juramento de respeto a la ley y de servicio al Estado serán ninguneados o suspendidos de sus cargos.
En la “nueva normalidad” se consolidará la estrategia que puso en marcha Zapatero para iniciar una segunda transición que aniquile el sistema del 78 y se lleve por delante todos sus principios y valores: el acuerdo entre diferentes, la igualdad de todos los españoles, la ciudadanía como sujeto de derechos universales e individuales, la libertad por encima de los dogmas, los derechos de ciudadanía por encima de los supuestos derechos tribales e históricos…
En la “nueva normalidad” el Gobierno honrará solamente a los muertos oficiales por la Covid19 que Sánchez ha decretado, con lo que miles de nuestros conciudadanos serán relegados al olvido institucional. La pareja tóxica Sánchez/Iglesias matará dos veces a miles de españoles cuya vida y salud no protegieron adecuadamente y a los que quieren borrar del memorial de las víctimas de su incompetencia.
En la “nueva normalidad” será normal la mentira, la chapuza, el amiguismo, los contratos a dedo, los ceses fulminantes de los funcionarios probos, la duplicidad de puestos en la administración creados para los amiguetes del Presidente y del Vicepresidente…
En la “nueva normalidad” será normal el olvido de las más de trescientas cincuenta victimas de crímenes de ETA aún sin juzgar. En la “nueva normalidad” a los traidores se les llamará héroes y a los héroes traidores
En la “nueva normalidad” los mitos sustituirán a los hechos y se reescribirá la historia a imagen y semejanza de la pareja tóxica. Y habrá una Ley para amnistiar a ETA, borrar toda su historia de terror y revivir las dos Españas que se llamará de “memoria democrática”
En la “nueva normalidad” la desigualdad entre españoles se impondrán como nueva norma de “convivencia” y los artículos fundamentales de la Constitución que consagran derechos indivisibles y fundamentales serán derogados de facto.
Si los ciudadanos españoles nos rendimos por anticipado la tribu se impondrá a la ciudadanía y la ley vieja sustituirá a la ley democrática. Y la sociedad plural y democrática, la que es normal en una democracia, será sustituida por la sociedad “normalizada”.
¿Vamos a permitir que esta anormalidad democrática decretada por Sánchez para perpetuarse en el poder sustituya a la sociedad normal, plural y democrática que alumbró la Constitución del 78? ¿Vamos a consentir que España vuelva a ser la anomalía de Europa?
Cada vez que sufrimos un nuevo atropello (el último en forma de proyecto de ley para amnistiar a ETA desenterrando crímenes amnistiados por la ley democrática y enterrando los crímenes de ETA y toda su historia de terror,) hay voluntariosos que nos dicen que son “cortinas de humo”. No amigos, no; no es humo sino un ataque en todo regla a nuestro pacto de convivencia. No, no es humo; sería, en todo caso, cloroformo. Y parece que funciona.