El deterioro económico continúa

El deterioro económico continúa

Una semana más, cada dato que se publica muestra que el deterioro económico continúa y, además, se agudiza. Si ya la semana pasada el Banco de España, en su informe trimestral, revisaba a la baja todas sus estimaciones para la economía española, y anticipaba, así, que el crecimiento del tercer trimestre de 2019 sería del 0,4% y que preveía un crecimiento global del 2% para el conjunto del año, esta semana han seguido apareciendo diferentes registros o estimaciones que van en la misma dirección.

Así, el INE, tras revisar su serie 1995-2018, donde ya introdujo distintos cambios a la baja en el dato trimestral e interanual del segundo trimestre, dejando el crecimiento interanual en el 2,1% y el intertrimestral en el 0,5%, al tiempo que rebajaba, también al 0,5% el del primero, esta semana ha bajado aún más el crecimiento de dicho segundo trimestre: lo deja en un 0,4% trimestral y en un 2% interanual.

Con esos datos, tanto del Banco de España como del INE, es difícil que la economía española pueda crecer, incluso, el 2% que menciona ahora como previsión para 2019 el antiguo banco emisor, porque es de esperar, a tenor de las incertidumbres existentes, tanto nacionales como internacionales, que el crecimiento de los siguientes trimestres sea todavía menor, con lo que alcanzar el 2% se antojará imposible de cumplirse con esas previsiones.

Eso está teniendo reflejo en el empleo, con los peores meses de junio, julio, agosto y septiembre en términos interanuales desde los años de la crisis en paro registrado y afiliación a la Seguridad Social, con un deterioro importante de la evolución de la contratación indefinida.

Esas incertidumbres están provocando un cierto miedo que lleva a la prudencia a familias y empresas, que provoca un nulo crecimiento (0%) trimestral del consumo de los hogares y de la inversión, con una caída en la inversión de bienes de equipo, imprescindibles para la producción y clara imagen del empeoramiento de las expectativas.

Por otra parte, los índices manufactureros de Estados Unidos, de Alemania, de Italia y de España se encuentran por debajo de 50 puntos, nivel en el que marca la previsión de una posible recesión. Francia está a punto de quedar también por debajo de dicho nivel.

Y paralelamente, seguimos en España con la incertidumbre que provoca el hecho de que no haya una política económica clara, con el temor de los agentes económicos a que se aplique una política de un exceso de gasto que la economía no puede pagar y con la desconfianza derivada de una ausencia total de reformas con las que preparar la economía para capear mejor la desaceleración y estar en condiciones de volver a crecer con fuerza lo antes posible.

Si a eso le añadimos el escenario internacional, con el Brexit, la guerra comercial y la crisis de Oriente Medio y los vaivenes que produce en el precio del petróleo, el panorama no es nada halagüeño. Por eso, han de impulsarse reformas que permitan agilizar la estructura de nuestra economía. De lo contrario, si sólo vuelve a ponerse como solución incrementar gasto e impuestos, la caída de la economía se acrecentará.

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