El declive de Antonio Tejado

El declive de Antonio Tejado

Maldita cocaína. Viernes 25 de agosto de 2023, 04:40 horas de la madrugada. Cinco encapuchados con ropa oscura saltan la valla de una vivienda en la localidad sevillana de Gines. Entran por la parte trasera, recorren el perímetro y acceden a la casa. Dentro se encuentran cinco personas. Los delincuentes los maniatan, golpean y consiguen que la dueña de la vivienda, la famosa tonadillera María del Monte, abra la caja fuerte, de la cual sustraen objetos valorados en más de un millón de euros. Según un juzgado sevillano, quien ha proporcionado la información es su sobrino, Antonio Tejado.

Pocas cosas son más devastadoras que irrumpir en un hogar y robar emociones en forma de recuerdos. Si esto lo hace un familiar o un amigo, el acto se convierte en una traición despreciable. Si, además, te golpean para robar, el alma se desgarra. Algo así debió sentir María del Monte, cuyo sobrino, Antonio Tejado, permanece en prisión preventiva por, presuntamente, ser el cerebro detrás del robo en la vivienda de la cantante e indicar cuándo ella estaría en casa para que pudiera ser forzada a abrir la caja fuerte.

Interrogada por los medios, la tonadillera confía en la «presunción de inocencia», consciente de que todo se debe al declive de Tejado, quien pasó de ser un famoso colaborador de programas de corazón a un ser un pájaro quebrado por la mala vida. Él mismo lo confesó en una entrevista con la revista Lecturas: «Estuve tres días sin dormir, consumiendo cocaína y whisky con naranja para mantener el azúcar en el cuerpo. Dormí 24 horas seguidas y no recordaba nada de lo que había hecho esos días. Al tercer día sin dormir, intervine en un programa de televisión en directo y no se me entendía. Me colgaron. No recuerdo lo que dije».

El auto judicial que lo ha enviado a prisión preventiva lo acusa de robo con violencia e intimidación en casa habitada, uso de armas, detención ilegal, lesiones graves, pertenencia a organización criminal, delitos contra la salud pública y receptación. El documento señala que Tejado estaba «concertado» con los demás miembros de la trama y que «facilitó la posibilidad al resto de los acusados de entrar en el inmueble por la puerta trasera sin necesidad de forzarla, permitiendo así un acceso fácil al interior».

La vida de Tejado es la de alguien destrozado por la búsqueda constante de un chute de cortisol, la hormona que combate el estrés; por la pérdida de su niño, por no haber sabido rodearse de bondad y querer ser alguien que nunca fue. Pasó de debutar en Canal Sur, de la mano de su tía, en el programa La tarde con María, a conocer a la sobrina de Rocío Jurado, Rosario Chayo Mohedano, en 2007. Desde entonces, Tejado se convirtió en un personaje habitual en el mundo del corazón, comenzando una batalla del ego contra el mundo. Esto sucede cuando la personalidad aún no está completamente formada y se empieza a acaparar toda la atención. El ego se infla, aparece en forma de vanidad, de egolatría y de petulancia. La codicia termina por destruir a la persona.

Mohedano y Tejado terminaron su relación en 2008, después del nacimiento de su primer y único hijo en común. Pero Tejado ya se había convertido en una figura recurrente en el mundo de la televisión: Supervivientes, Gran Hermano Dúo, Sálvame, Sálvame Deluxe, Mujeres y hombres y viceversa… Cuando su ego se sintió cuestionado, activó su mecanismo de supervivencia, teniendo sólo tres opciones: luchar, huir o paralizarse. Optó por luchar para hacerse un hueco en el mundo de las luces y los focos, y así comenzó su huida. La cocaína entró en su vida. En 2019 explicó: «Consumía cocaína incluso para salir en televisión». El personaje se derrumbó. El ego había hecho su trabajo, convirtiéndose en el demonio que dominaba su vida.

Luego vino el declive. El teléfono dejó de sonar, las cadenas de televisión ya no le llamaban, ya no interesaba a nadie, e Instagram se convirtió en el escaparate de una vida que antes era pública. Y entonces comenzaron los verdaderos errores. Grabó a su entonces pareja, Candela Acevedo, con quien participó en GH VIP, y difundió el vídeo. «Antonio fue condenado por difundir vídeos íntimos. Amigos me llamaron para decirme que habían visto imágenes mías», revela ella en Lecturas. «Supuestamente, Antonio enviaba esos vídeos a otro hombre con la intención de luego mantener relaciones sexuales con él para excitarlo».

Pero lo más perturbador de la entrevista es cómo ella se sentía vigilada y controlada. El cortisol, la necesidad de adrenalina, fluía por sus venas, poniendo en duda su ego y hasta su sexualidad. Cualquier cosa valía con tal de volver a sentirse interesante, deseado y amado, como cuando María del Monte lo cuidaba.

Y así llegó la destrucción. Gaby Sánchez, otra ex pareja de Tejado, compartió detalles en 2021 en Antena 3 sobre la relación que tuvieron. «Me mostraba una faceta que cambiaba por completo por las noches. Él y su grupo se creían intocables, como si fueran los reyes de Sevilla». Le decía: «Cuando publique en Instagram que eres mi mujer, ningún hombre se atreverá a acercarse a ti». Para entonces, Tejado ya frecuentaba ambientes conflictivos; la televisión, Instagram y los vídeos ya no eran suficientes. En el gimnasio, otros lo hacen en bares y discotecas, encontró un lugar donde otros lo alababan, como solía ocurrir en las redes sociales.

Necesitaba su dosis de ego, y la cocaína ya no era suficiente, tampoco el dinero. Lo que siguió es de sobra conocido: cinco hombres maniatan y roban a su tía con información de Tejado. Quien en el pasado fue su refugio, el lugar donde su ego se mantenía a raya, donde las atenciones eran muestras de cariño, donde el amor compensaba la necesidad de cortisol, ya no existía para él. Así es el declive de una vida que comenzó con comodidades hasta que las luces brillaron tanto que el niño que una vez fue, desapareció, convirtiéndose en un mero despojo emocional.

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