¿A cuánto tiene que subir la luz para que UGT y Comisiones se echen a la calle?
En febrero de 2017 la luz estaba a 70 euros kw/hora y los sindicatos tomaron durante cinco días seguidos las calles para protestar por la política energética del Gobierno de Mariano Rajoy, que obligaba a millones de familias «a tener que elegir entre comer o poner la calefacción». Ahí estaban, en primera fila, UGT y Comisiones Obreras mostrando sus pancartas; detrás, la izquierda política, con el PSOE y Podemos haciéndose notar. Cuatro años después, el precio de la luz supera de largo los 500 euros kw/hora, con tramos diarios por encima de los 700 kw/hora, pero los sindicatos brillan por su ausencia. Será porque las negociaciones sobre la reforma laboral les han dejado materialmente sin tiempo o será -va a ser por esto- que tienen una doble moral y una cara más dura que el cemento armado. Será por esto y aquello, pero lo cierto es que las centrales sindicales mayoritarias se han puesto de canto.
En otoño pasado, amagaron con movilizarse, cuando el kw/hora ya estaba a 150 euros, pero fue pasando el tiempo, el precio de la luz se multiplicó por cuatro, y UGT y Comisiones Obreras siguen sin salir a la calle. ¿Será porque con este Gobierno se están forrando? Será por eso y muchas cosas más, pero lo cierto es que la hipocresía de los sindicatos de izquierda es más que notable. ¿A qué esperan? ¿A cuánto tiene que ponerse el precio de la luz para volver a decir aquello de que este Gobierno obliga a elegir entre comer o poner la calefacción? El cinismo de esta gente, apesebrados del régimen socialcomunista, provoca grima. La luz y la gasolina baten récords históricos y los dirigentes sindicales, calentitos en sus despachos, corren los visillos para no ver lo que ocurre en la calle. Eso de que están para defender los derechos de los trabajadores es una milonga. Están para defender sus propios intereses y los del Gobierno que los tiene comprados con nuestro dinero. Para eso están.