“Un crimen dormido”: regreso de Sánchez a octubre de 2016
La maravillosa escritora inglesa Agatha Christie escribió, como caso final de la señorita Marple, la obra “Un crimen dormido”. A lo largo de dicha novela el lector verá cómo una joven recién casada rememora, poco a poco, al llegar a su nueva casa, recuerdos que no sabía tener, recuerdos que evocan un crimen cometido muchos años atrás y que ha permanecido dormido en su recuerdo.
Pues bien, Sánchez, tras su abrazo con Iglesias a las cuarenta y ocho horas de la celebración de las elecciones, resucitó este pasado domingo si no una especie de “crimen dormido”, sí su particular vuelta al pasado al realizar una consulta sobre una coalición de Gobierno con Podemos, que necesita también del concurso de los independentistas para que salga adelante. Todos recordamos la consulta que trató de hacer en la reunión de su comité federal, situando una urna tras una cortina. Entonces, lo echaron sus propios compañeros.
Ahora, al ampliar la consulta a la militancia, la ha sacado adelante sin problema. Ha resucitado una consulta dormida, pero a diferencia de la obra de Christie, aquí el protagonista sí que sabía perfectamente lo que había pasado en octubre -o, mejor dicho, lo que no pudo llegar a hacer- y ha trazado un plan para poder llevarlo a cabo en la actualidad.
Sánchez sabe que la militancia está conformada, en todos los partidos, por los más fervorosos votantes, muy ideologizados, que van a respaldar lo más radical de cada ideología. Por eso se presentó a la secretaría general del PSOE tras haberlo echado, porque sabía que en las primarias el aparato no podría controlar a los militantes. Por eso sabía ahora que iba a sacar adelante la propuesta de coalición gubernamental, porque un gobierno radical recibiría el apoyo de los más forofos de su partido.
Esta vuelta al pasado, a su objetivo de septiembre y octubre de 2016 de constituir un gobierno radical de izquierdas, sí que puede resultar letal para la economía española. Por más que el PSOE afirme que son un gobierno moderado, el programa económico de Podemos muestra su énfasis en todas las medidas más populistas y nocivas para la economía. A Podemos no le importa mucho el déficit, sino incrementar el gasto con demagogia. No le preocupa la deuda, sino saciar el ansia de muchos por aumentar los impuestos a la economía productiva. No les importa que se genere desempleo, sino intervenir el mercado de trabajo.
Todo eso lo sabe el PSOE. Sabe que si se unen a Podemos la economía va a deteriorarse mucho y que los españoles, en cuanto puedan, se lo censurarán con su voto. Sabe que esto no es más que una vuelta al pasado de Sánchez para ejecutar ahora su plan de entonces con el objetivo de iniciar una huida hacia delante, al necesitar tapar su fracasada estrategia electoral, donde perdió escaños el PSOE, perdió escaños la izquierda y perdió la oportunidad de formar un gobierno más moderado con Ciudadanos.
El PSOE lo sabe, pero no hace nada, no se atreve. Como la protagonista de “Un crimen dormido”, se encuentran atenazados por el miedo. Necesitan a una señorita Marple que les ayude a señalar la gravedad de este acuerdo, a desterrarlo y superarlo, que les haga ver que Bruselas nos podrá imponer sanciones si no se cumplen los objetivos de estabilidad, que les indique que con medidas populistas se destruirá riqueza y empleo. Si esa metafórica señorita Marple del PSOE -en forma de sus dirigentes sensatos- no actúa, la economía española se debilitará, pero el PSOE puede hundirse definitivamente con ella.