Un crecimiento improductivo

crecimiento, España, Opinión

El discurso triunfalista del Gobierno en materia económica no se sostiene. Los datos económicos les permiten, en parte, lucir una supuesta bonanza, pero no va más allá del barniz de los mismos, pues su contenido, realmente, dibuja una realidad bien distinta, donde el sistema productivo privado está en retroceso ante el incremento, cada vez más notable, del sector público, que alimenta el gasto para tratar de sostener una economía que por sí misma no puede hacerlo, ya que la política económica aplicada la ha dejado muy maltrecha desde el punto de vista estructural.

Si analizamos en profundidad los datos de la contabilidad nacional trimestral del IITR-2024, podemos observar dos cosas: aparentemente, la economía avanza con paso firme, porque marca un crecimiento intertrimestral del 0,8% y del 2,9% en tasa interanual, registros que nos llevarían a creer que la economía tiene impulso. Sin embargo, la segunda cuestión que aparece, una vez que se ve bien qué subyace, es la composición del crecimiento, que no es sano. Y no lo es porque ese crecimiento vive a lomos del gasto público -insostenible- y del sector exterior -que no puede mantener eternamente unos niveles tan elevados de contribución al crecimiento-, con un sector productivo al que ha comido terreno el sector público. Esto, por sí mismo, perjudica el crecimiento potencial de la economía española a medio y largo plazo, es decir, perjudica a su crecimiento estructural sostenible de manera eficiente y estable.

Así, al analizar los datos podemos observar lo siguiente:

  • El PIB crece un 0,8% intertrimestral y un 2,9% interanual. Ahora bien, el consumo crece un 0,3% trimestral, una décima menos que el trimestre anterior, y donde se apoya el crecimiento es en el aumento del gasto público, que crece un 0,2% cuando el trimestre anterior caía un 0,6%. Es decir, mejora casi un punto. Esto sostiene a la economía de manera artificial.
  • Por su parte, la inversión no remonta. Así, la inversión bruta de capital fijo crece sólo un 0,9% intertrimestral, casi dos puntos menos que el trimestre anterior (2,6%), que denota que sigue sin generarse suficiente confianza para la inversión empresarial, que es la palanca que mueve la actividad económica productiva real, sostenible por sí misma.
  • La maquinaria y los bienes de equipo se quedan casi planos, con un 0,1% frente al 3,8% del trimestre precedente, lo que denota empeoramiento de expectativas al reducirse tanto la inversión en maquinaria, que predice una disminución del consumo en el medio y largo plazo.
  • La inversión la sostienen en ese 0,9% intertrimestral a través del componente más etéreo que es la propiedad intelectual, a la que se le asigna un crecimiento de un 1% frente al -0,1% del trimestre anterior.
  • Así, la demanda nacional sigue renqueando, con un 0,3% trimestral de crecimiento, insuficiente y sostenido por el gasto público.
  • Por su parte, el sector exterior, aunque sostiene a la economía, ve debilitarse su dinamismo: las exportaciones crecen un 1,2% trimestral frente al 3,3% del trimestre anterior, que refleja merma en la capacidad de compra de nuestros principales socios comerciales, además de una posible pérdida de competitividad de la economía española. Por su parte, las importaciones bajan un 0,2% frente al aumento del 2,2% precedente. Eso puede denotar empobrecimiento de los agentes económicos nacionales al reducir su consumo en bienes extranjeros.
  • En cuanto a los sectores económicos, cae la agricultura un 1,2%, cuando crecía un 3,1% el trimestre anterior, es decir, se deteriora 4,3 puntos; la industria crece un 0,4%, la cuarta parte que el trimestre previo; la construcción se desploma y de un 1,8% en el trimestre anterior pasa a crecer un 0,1%; sólo los servicios mejoran, de un 0,4% a un 0,9%, pero impulsados por la estacionalidad de comercio y hostelería y las actividades recreativas, ligados al turismo, que crecen un 2,8% y un 2,6%, respectivamente.
  • En tasa interanual, es reseñable que la inversión también se desacelera de manera importante, con un 1,2% de crecimiento interanual frente al 1,8% previo, siendo sostenido el crecimiento global por el sector exterior.
  • En cuanto a la productividad, la referida a puestos de trabajo equivalente a tiempo completo disminuye a la mitad, del 0,9% intertrimestral del trimestre anterior al 0,5% del IITR-2024. Por su parte, la productividad por hora efectivamente trabajada cae un 0,2% intertrimestral, empeorando 1,2 puntos respecto al trimestre previo, empeorando también esta última en tasa interanual.
  • Todo ello, con una inversión que sigue por debajo de los niveles anteriores a la pandemia en términos reales, concretamente 1,3 puntos por debajo de aquel nivel, mientras que el gasto público se encuentra 12,02 puntos por encima, que denota un claro efecto expulsión de la actividad productiva privada, de la inversión, por parte del gasto público, elemento contraproducente para el sostenimiento de la economía a medio y largo plazo.

Por tanto, dicho crecimiento cuenta con un barniz artificial, que no recoge la evolución real de la economía española, pues la actividad productiva privada empeora su comportamiento, siendo sustituida por una aceleración del gasto público que habrá de descender en este año, al tener que cumplir con las reglas fiscales, al haber estado sostenido por el gasto público. Es decir, se trata de un crecimiento insano, generado por una política económica errónea que mira sólo el dato del corto plazo en detrimento de un crecimiento sano para la economía en el medio y largo plazo.

José María Rotellar
Profesor de Economía. Director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria

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