Los conejos de Chimo Puig (1ª parte)
No procede de los ensayos políticos, sino de los escritos del Santo Evangelio, el origen de la moral episcopal y de las correspondientes frases de rector con las nos que captan los políticos progres, aunque les joda a los laicos. Y a juzgar por sus suertes de gobernante, uno de los que se conoce el sagrado libro, aplicando su doctrina primorosamente, es, sin duda, Chimo Puig, el actual presidente de la Comunidad Valenciana. Evangelio según san Marcos 10, 35-45: “…pues el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos, porque el mismo Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”.
La albergada en su red clientelar, que es tan mórbida y prolífica como una coneja de granja china: a su hijo, a su hermano, a sus empresas quebradas, a la novia actual del presidente y actual consejera de Justicia, Gabriela Bravo, a Rubén Martínez Dalmau, líder de Podemos en la Comunidad, a los separatas de la Generalidad Catalana… Puig ha elevado el arte de la gobernanza a la modalidad de la cunicultura industrial. Enumerar a todos los miembros de la comunidad conejil de Puig es tan difícil como saber el monto exacto con el que se ha lucrado siendo presidente de la Generalidad, pero trataré de enumerar a parte de los citados arriba y desglosar a todos los que quedan en una segunda entrega: Rubén Martínez Dalmau, socio de Gobierno de Puig y ex dirigente y creador de CEPS, la fundación a través de la cual Podemos se financió del Chavismo, el mismo que consumó en persona y desde el despacho del propio Hugo Chávez, el fraude jurídico y político en Venezuela a finales de los 90 con el “proceso constituyente”.
Para el pienso de este nuevo “conejo” bolivariano que debía auspiciar obligatoriamente a Puig a la presidencia con sus 8 famélicos diputados, el presidente ha otorgado a Dalmau la consejería de Vivienda y creado ad hoc una nueva vicepresidencia con sus dos nuevas secretarías autonómicas, elevando a 29 secretarías autonómicas, siete más que la legislatura pasada.
Ya ven, otra evidencia de que en Podemos no están por las sillas. En total, el nuevo Gobierno de Puig superará los 125 altos cargos, lo que supondrá un cifra, solo en sueldos, de treinta millones de euros durante la legislatura. Treinta millones para 125 conejos. Aunque si en algo ha demostrado diligencia Puig a lo largo de toda su carrera política ha sido en la efectividad a la hora de rescatarse a sí mismo “dando vidilla” a sus empresas deficitarias con dinero público.
Esta semana hemos sabido que metió directamente 3,3 millones de euros en publicidad institucional para comprar la voluntad de los medios de comunicación provinciales que dependen del grupo Prensa Ibérica del que he ha cobrado más de 12.000 euros en dividendos, y usó la banca pública creada por él y por los podemitas, el Instituto Valenciano de Finanzas, para condonar 1,3 millones de euros de los valencianos que irán a su particular fondo de reptiles (Levante EMV, Periódico Mediterráneo, la emisora local 97.7 …etc) en lugar de ir para la mitigar “la violencia estructural heteropatriarcal” y “la “sanitat única y universal de los refugees”.
Y deficitaria no, arruinada, estaba Carns de Morella S.L, la empresa cárnica que Puig creó en su época previa a la de “Molt Honorable”, cuando era alcalde de la localidad castellonense. Chimo, en otro alarde de rescate bíblico, intentó salvarla con los 140.000 euros que sustrajo de sus primeros presupuestos para 2016 como presidente de la Comunidad Valenciana, pero el PP frustró la tentativa de rescate de la empresa matarife que, finalmente, y a tenor de informe solicitado por el juez de lo Contencioso Administrativo número 2 de Castellón solicitado por los populares, alimentaba a más senadores del PSOE que a cabezas bovinas.
Continuará…