Castuza en el aire, hipócritas en el suelo
Con dos concejales imputados por prevaricación, malversación y delito societario, Manuela Carmena ha puesto rumbo a Canadá camino del XII Congreso Mundial de Metrópolis como lo haría cualquiera de ustedes: en clase business y a 5.000 euros el billete. Pura coherencia. Un nuevo caso de lo que es predicar con el ejemplo… y el número ya se hace incontable. Ironías al margen, es evidente que la primera edil de la capital tiene derecho a viajar en business, es lo lógico, pero en el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid la verdad es como el Santo Grial, que todos hablan de él pero nadie lo ha visto. El partido que dijo nacer para representar a «la gente» se autoimpuso una norma que ahora quiere saltarse volando a toda velocidad hacia su conversión en casta pura y dura. Ese concepto que el patrón de esta banda, Pablo Iglesias, definió como «clase política que disfruta de unas condiciones de privilegio y no se parecen a la gente normal». Justo lo que ha hecho Carmena, ya que esas condiciones ellos mismos dijeron que están reservadas a los privilegiados.
Tras tanta promesa vacua y tanta monserga de mitin y pancarta, usan el dinero público igual que esa «vieja política» a la que tanto critican. La marca blanca de Podemos en el Ayuntamiento de Madrid anda muy corta de memoria y demasiado larga de demagogia. La propia alcaldesa tuvo que dar un toque de atención el pasado 28 de abril de 2016 porque sus concejales se habían acostumbrado demasiado rápido a los viajes de lujo —su número 2 fue en business a Nueva York para acudir de oyente a una conferencia—. Algo que contravenía la fanfarria discursiva que protagonizó el célebre 15-M y del que ya no queda nada tras más de dos años en las instituciones. No obstante, Ahora Madrid tiene excusas para todo. Igual justifican los casos de corrupción de sus ediles, la adhesión a la dictadura de Nicolás Maduro de otro de ellos o el hecho de que Manuela Carmena incumpla su propio discurso.
«El viaje es largo… una excepción», ha dicho Rita Maestre. La portavoz consistorial ya «cerró filas» en torno a Sánchez Mato y Celia Mayer después de ser imputados. Al estilo de cualquier representante de los partidos tradicionales, tiene la memoria política un tanto laxa. No recuerda que Carmena, la que prohíbe los vuelos de alto standing, ya viajó a todo lujo a Bogotá (Colombia) y Quito (Ecuador) a lo largo del año pasado. Será que, como decía Pablo Iglesias: «Hay que cabalgar contradicciones». Y, claro está, puestos a asaltar el cielo, mejor hacerlo cómodos que atendiendo a eso tan molesto y trabajoso que es la coherencia. Una falacia más y no será la última… Si en algo son buenos tanto en Podemos como en sus marcas blancas es en practicar la mentira como si no hubiera mañana.