El ‘caso Pablo Iglesias’

El ‘caso Pablo Iglesias’

El caso Dina es ya el caso Pablo Iglesias: la historia de un descomunal montaje político promovido por quien hoy ostenta la vicepresidencia segunda del Gobierno de España con el objetivo concreto de acabar con Eduardo Inda y OKDIARIO, el medio de comunicación que fundó y dirige. Pocas veces en democracia, un partido político se ha lanzado a una campaña más infame de aniquilación de un periodista y un diario como la llevada a cabo por Podemos y su secretario general, capaces de trazar un abyecto plan de destrucción personal y empresarial sin precedentes en España.

La estrategia de Iglesias revela la catadura moral del personaje, retrata la mezquindad sectaria sobre la que se sustenta la formación que lidera y es la prueba de que Podemos constituye una gravísima  amenaza para la democracia. Y no sólo porque haya pretendido encarcelar a un periodista y cerrar un medio de comunicación, sino porque los métodos empleados para conseguir sus fines no son propios de un Estado de Derecho, sino de una organización mafiosa o un régimen totalitario. O las dos cosas.

Alguien capaz de urdir una estrategia tan siniestra y miserable representa un peligro para la convivencia. A quienes alentaron el infame plan de Pablo Iglesias, medios y periodistas incluidos, decirles sólo que no necesitamos su perdón. Si quieren, que reflexionen sobre el papel que han desempeñado y preguntarles si consideran que han contribuido a fortalecer la democracia o a dar cobertura a un  personaje funesto y nocivo para los intereses de España y de los españoles.

Por nuestra parte, y con independencia de que Eduardo Inda haya pedido personarse en el caso Dina, al probarse que fue víctima de un montaje de Pablo Iglesias y su abogada, reiterarnos en nuestra firme voluntad de seguir informando, aunque nos sigan atacando con una batería interminable de calumnias e infamias. Será, en todo caso -ladran, luego cabalgamos-, la prueba de que vamos en la buena dirección.

Pablo Iglesias diseñó un plan para destruirnos y no lo ha conseguido. No porque seamos más poderosos, sino porque teníamos razón. Él será vicepresidente segundo del Gobierno de España, pero es un personaje siniestro y moralmente deleznable. Se ha subido a lomos de la ignominia, pero OKDIARIO seguirá desnudando sus mentiras con la esperanza de que la democracia termine por descabalgarle del poder.

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