El Banco de España desmonta la farsa económica del Gobierno

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El Banco de España desmonta la farsa económica del Gobierno

El Banco de España, en la publicación de su informe anual, ha desmontado la farsa económica que el Gobierno del presidente Sánchez trata de hacernos ver. Para El Ejecutivo, todo es de color de rosa: somos los que más crecemos, los que más empleo creamos y los que más sólidamente están cambiando su estructura económica hacia una más productiva. Todo ello es falso, y el Gobierno lo sabe, pero trata de aprovechar esa ilusión creada en el corto plazo para enviar la imagen de economía sólida.

Sin embargo, las mentiras tienen muy corto recorrido, y todas las instituciones, nacionales e internacionales, están dejando al descubierto las flaquezas de la economía española, que Sánchez acrecienta por su incapacidad para llevar a cabo las reformas estructurales que necesita España, pues antepone su permanencia en el cargo al interés general, ya que no se atreve a agilizar nuestra economía porque depende de los votos de la extrema izquierda, a la que tiene en su Gobierno, de los independentistas y de los herederos del antiguo brazo político de la banda asesina ETA.
El último en dejar en evidencia el fracaso de la política económica del Gobierno ha sido, como decía al inicio del artículo, el Banco de España, que ha asegurado que España ha sido la que peor lo ha hecho de todas las grandes economías de la zona euro.

Este comentario, por cierto, ha molestado especialmente al ministro Escrivá, que ha llegado a atacar al Banco de España al decir que en sus análisis no hay mucho fundamento, en lo que constituye un ataque inaudito a una institución como es el Banco de España. Es una muestra más de que este Gobierno no acepta ninguna crítica ni demuestra mucho respeto formal por ninguna institución si ésta no lo aplaude. Lamentable.

En dicho informe, se analiza cómo España se rezaga, se queda atrás, respecto del conjunto del área del euro: en el ITR-2022, la actividad económica en España todavía estaba 3,4 puntos porcentuales por debajo del nivel observado antes de la pandemia, mientras que en el conjunto de la eurozona estaba 0,4 puntos por encima del nivel anterior a la pandemia. Por ello, el Banco de España considera que nuestro país no va a recuperar el nivel de su economía previo a la pandemia hasta finales de 2023, mientras que la zona euro sí que lo ha hecho.

Asimismo, no comparte la idea deslizada por el Gobierno de que haya cambiado la estructura productiva de España, para afirmar que el INE no mide bien, por ello, el crecimiento. El Banco de España considera que no se ha dado ese cambio, con lo que la estructura para la medición del PIB es correcta.

Del mismo modo, considera que la inflación se encontrará por encima del 7% de media y que ello provocará grandes tensiones y un gasto y déficit nunca visto por el efecto que tendrá en las pensiones, al revalorizarse ahora por el IPC (el Gobierno derogó el factor de sostenibilidad que introdujo el PP), de manera que si no se reforma el sistema y las revisiones de las pensiones no se incluyen en un pacto de rentas, la presión del gasto será insoportable.

Ese empeoramiento de la economía lo recogerá el Banco de España próximamente, ya que anticipa que en junio revisará a la baja la previsión de crecimiento de España, debido a la fuerte desaceleración ocurrida en el ITR-2022.

Dicha ralentización viene muy marcada por el hecho de que el consumo privado no está avanzando bien, debido, posiblemente, a la precaución de los hogares por empeoramiento de expectativas (en las rentas altas) y por agotamiento del ahorro debido al sobrecoste de la inflación (en las rentas bajas), que hace que no se canalice hacia un mayor consumo.

Y es que, estima que la inflación está afectando mucho a toda la población, especialmente a las rentas bajas, que gastan casi toda su renta en consumo y, por tanto, la subida de precios les afecta más. Mientras, Sánchez, de manera inconcebible, se niega a deflactar el IRPF y a bajar impuestos).

Y también desmonta el Banco de España el mantra del Gobierno acerca del empleo, ya que cree que se irá ajustando a la evolución económica y que el mayor crecimiento actual puede deberse, entre otras razones, a la contratación de más personas para un mismo puesto respecto de las que antes de la pandemia lo realizaban, debido a las exigencias derivadas de las restricciones.

En definitiva, un varapalo más a la política económica del Gobierno y a su distorsión de la realidad económica, a la que se aferra para no hacer absolutamente nada, tratando de sobrevivir con la esperanza de que en un año y medio pueda producirse algún hecho que impulse el crecimiento económico. Mientras, conduce a España, tal y como ya hizo Zapatero, al empobrecimiento y la ruina.

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