El balance que Sánchez no contó
El presidente del Gobierno compareció a finales de año para hacer balance del mismo. Para él, todo está bien o en vías de estarlo: dice que la economía crece robustamente, que la recuperación está en marcha y que ha cumplido con más del 50% del contenido del pacto de Gobierno con sus socios podemitas.
Sin embargo, la realidad es otra, especialmente en materia económica, que es lo que ha obviado el presidente Sánchez.
Todas las instituciones, nacionales e internacionales, que realizan predicción económica coinciden en que España será el país desarrollado que más tardará en recuperar los niveles previos a la pandemia. Eso no es fruto de la casualidad, sino a la equivocada política económica -en ocasiones, incluso sin rumbo fijo- del Gobierno del presidente Sánchez.
Así, desde que fue investido Sánchez como presidente del Gobierno, tras la moción de censura de mayo de 2018, ha aplicado una política económica que se ha alejado de los parámetros establecidos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea, relativo a las condiciones para mantener una convergencia económica que hiciese posible la convivencia armónica de los países que integran el euro en materia económica, elemento imprescindible al haber entregado todos ellos la política monetaria y mantener la política fiscal.
Esos criterios nunca fueron un capricho, sino la forma de asegurar que las medidas de política monetaria que tomase el Banco Central Europeo, que lo hace en función de lo que más conviene a la media de la eurozona, afectasen a todos los países por igual, y la única manera de garantizarlo era que todos los países se comportasen de manera muy similar.
¿Y qué ha originado esa política económica errónea? Lo siguiente:
- El PIB cayó un 10,8% en el último año completo (2020), frente al 3,7% del último año completo anterior a la llegada de Sánchez al Gobierno (2017).
- El PIB per cápita, que mide la riqueza de una economía, es de 23.690 euros, que es 1.280 euros menor que el que había (24.970 euros) el último año completo anterior a la llegada de Sánchez al Gobierno (2017).
- La creación de empresas es 16,8 puntos menor que el ritmo al que se creaban en el momento de llegar Sánchez al Gobierno.
- La disolución de empresas es 15,5 puntos mayor que el ritmo al que se disolvían en el momento de llegar Sánchez al Gobierno.
- El Índice de Producción Industrial es 7,8 puntos menor al crecimiento que experimentaba en el momento de llegar Sánchez al Gobierno.
- El número de viajeros es 4.669.994 viajeros menos que el dato que había en el momento de llegar Sánchez al Gobierno.
- El número de pernoctaciones es 17.061.926 pernoctaciones menor al dato que había en el momento de llegar Sánchez al Gobierno.
- El número de turistas extranjeros es 2.954.881 viajeros menos que el dato que había en el momento de llegar Sánchez al Gobierno.
- La inversión extranjera recibida es 14.024,6 millones de euros inferior a la recibida en el momento de llegar Sánchez al Gobierno.
- El IPC no deja de subir, al situarse en el 6,7% interanual, y es 7,1 puntos superior al dato que había al llegar Sánchez al Gobierno.
- La inflación subyacente sube al 2,1% interanual y es 3,7 puntos superior al dato que había al llegar Sánchez al Gobierno.
- El precio del MWh máximo alcanzado ha llegado a sobrepasar los 400 euros (y los futuros para enero cotizan muy por encima de los 400 euros), frente a los 83,55 euros del año en el que Sánchez llegó al Gobierno.
- El déficit público fue en el último año (2020) el 10,95% del PIB, frente al 3,04% del último año completo (2017) antes de llegar Sánchez al Gobierno.
- La deuda pública cerrará 2021, según el Banco de España, en el 120,4% del PIB, tras estar en el 120% en 2020, que son 20,8 puntos más que la deuda sobre el PIB que había en el momento de llegar Sánchez al Gobierno.
- La tasa de paro juvenil se encuentra en el 38,38% de la población activa, es decir, 5,24 puntos más que la que había al llegar Sánchez al Gobierno.
- Y, por último, el desequilibrio generalizado del cuadro macroeconómico, que se ha vuelto completamente irreal, sobre el que se levantan unos presupuestos que se desequilibrarán por estos cálculos desfasados, en los que el Gobierno se enroca, al no querer cambiarlos, pese a que todas las instituciones digan claramente que las previsiones reales están muy por debajo. El último en hacerlo ha sido el Banco de España, que señala un desequilibrio más, que debería preocupar a Sánchez: el PIB español crecerá en 2021 dos puntos menos de lo estimado por el Gobierno y en 2022 medio punto menos de lo que afirma el Ejecutivo.
En definitiva, la situación es muy preocupante, cada vez más. No sólo el Gobierno quiere aplicar políticas de gasto desmedido e impuestos altos, sino que, con su gestión de la crisis, nos ha llevado a la aplicación de políticas medievales que han arruinado nuestra estructura económica, haciendo mucho más difícil y lenta la recuperación de nuestra economía. Es una política económica equivocada, cuyo responsable final es Sánchez, con la dirección en la política económica de la vicepresidenta Calviño, que nos conduce hacia el estancamiento.
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