Una alienígena en el 8M
No sé si los alienígenas tendrán sexo, pero si yo viviese en Ganímedes y tuviera una hija que quisiera ir a la Tierra lo tendría claro: hija mía, vete a España, le diría.
— ¿Estás seguro, papá?, en la tele parece un patriarcado lleno de machistas –me contestaría. -¿No sería mejor ir a otros países más ricos y modernos? Además, ese Sánchez que los gobierna, siempre dices que es tóxico y que va acabar con su propio país con tal de estar en la Moncloa.
— Así es, hija. Hay muchas razones para no querer ir a España en estos momentos. Y Sánchez está consiguiendo que muchos se vayan. Pero por otras razones, no por ser mujer. Mira menos la tele y lee más.
— Que lea el qué, ¿índices y estadísticas oficiales?
— Sí, ahí están los datos; como, por ejemplo, que España está muy por encima de la media de la OCDE en la proporción de escaños ocupados por mujeres en los parlamentos, por encima de países como Alemania, Holanda o Dinamarca.
— Yo no voy a presentarme a las elecciones.
— También tiene una proporción mayor de mujeres en puestos directivos superiores y medios en las empresas. Y en la (mal llamada) brecha salarial, también están mejor que el resto.
— No te enrolles papá. Que yo solo quiero ir de vacaciones. ¿Qué me dices de la violencia y la inseguridad?
— Mientras haya un solo caso de violencia, siempre tendremos que preocuparnos; pero también la proporción de mujeres sometidas a violencia física o sexual es de las menores del mundo, muy por debajo de la media de la UE y muy lejos de países como Dinamarca, Reino Unido o Bélgica, por ejemplo.
— Pues parece todo lo contrario. Además, el marido de la ministra de igualdad de España decía que quería azotar a una periodista hasta que sangrara.
— Sí, en Ganímedes habría tenido que dimitir pero, a algunos, estos españoles se lo perdonan todo.
— Y físicamente, ¿cómo andan las españolas?
— En eso, campeonas. Son fuertes y guapas.
— ¡Micromachista! Necesitas un cursillo de formación en sesgos inconscientes. Me refería a cómo están de salud.
— Perdón, perdón. También van bien en eso. La mujer española es la que tiene mayor esperanza de vida del mundo (sólo por detrás de Japón) y, por ejemplo, la tasa de mortalidad por cáncer de mama es la más baja en toda la Unión Europea.
— Pues si es todo así, a lo mejor me quedo a vivir allí.
— Entonces deberías saber que España también es, tristemente, campeona en otras cosas.
— ¿En qué?
— En paro femenino son los campeones. Y llegan al 41.5% de tasa de paro juvenil entre las mujeres, otro triste record en la OCDE.
— Pero, ¿darán ayudas a las madres y al resto de mujeres para que puedan incorporarse al trabajo?
— Me temo que no pueden presumir de ayudas económicas a la familia, a la maternidad y a la mujer trabajadora. Ahora, por ejemplo, acaban de reducir la pensión de las mujeres que han tenido dos o más hijos.
— ¡Pues vaya feministas, que no protestan por eso!
— Hay de todo, muchas mujeres sí se quejan de ello, no solo el 8M, pero no salen tanto en la tele. Otras solo se quejan cuando les conviene y de otras cosas ni mú.
— ¿Y por qué?
— Desde hace años, los que ahora gobiernan en ese país se han intentado adueñar del mensaje feminista para colectivizar a las mujeres y asociarlas ideológicamente a sus postulados. Para muchas de ellas, el feminismo no es un fin, sino un medio para otros fines políticos.
— Y cómo lo hicieron
— Cambiaron la retórica y la estrategia, dejando fuera a muchas mujeres y señalando a los hombres como culpables dolosos de su discriminación. Pero esto no ocurre solo en España, esto pasa en todo el mundo occidental, justo en el que más han avanzado los derechos y la igualdad real de las mujeres.
— ¿Y en el resto del planeta Tierra?
— En el resto y, precisamente, en los países que gobiernan los amigos de la ministra de igualdad española, mejor ni hablamos.
— Pues, entonces, papá, casi que me quedo en Ganímedes.
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