9J: O Sánchez o el Estado de Derecho
Las elecciones del próximo domingo trascienden, y mucho, a su condición de comicios europeos, porque resulta obvio que su incidencia en el panorama político nacional, en el actual contexto, es vital. Si Pedro Sánchez sale políticamente vivo de la nueva cita con las urnas habrá que convenir que su capacidad de superar desafíos correrá paralela a su capacidad de traspasar líneas rojas, pues es difícil de comprender que alguien capaz de entregar el Estado al separatismo a cambio de su continuidad en el Gobierno y que, además, está situado en el centro del escándalo de presunta corrupción vinculado a su esposa pueda salir indemne exhibiendo como bandera – a falta de propuestas- un falso y cada vez más grimoso victimismo. Si es así, Sánchez habrá salvado otra vez el pellejo a costa de otra capa de piel de la democracia española.
Por eso, estas elecciones tienen una evidente lectura nacional: con independencia de lo que pueda ocurrir en Cataluña a partir del próximo lunes y su incidencia en la gobernabilidad de España, un resultado airoso para Sánchez será todo un balón de oxígeno para sus aspiraciones de perpetuarse en el poder. Y no es suficiente, como asegura la candidata del PP, Dolors Montserrat, con que Sánchez pierda las elecciones por un sólo voto para que el presidente «tenga que dimitir». Todo lo contrario: un resultado así, aunque la candidata del PP pueda tener razón en el fondo, sería sin duda utilizado por el PSOE para trasladar la idea de que quien tiene un problema es Feijóo y no Sánchez.
Es por eso que es vital que todos aquellos concernidos con la España constitucional y el principio de igualdad entre todos los españoles entiendan que lo que está en juego es la supervivencia misma del modelo de Estado surgido del régimen del 78. Porque si Sánchez sale reforzado de las urnas, lo que saldrá aún más debilitado es el entramado institucional sobre el que pivota el Estado de Derecho. Así de claro. Frente a un presidente que constituye una probada amenaza a la separación de poderes, más que nunca es indispensable que este domingo los españoles salgan en defensa del marco de convivencia constitucional. El mismo marco que pretender ser demolido por un presidente del Gobierno que ha dado sobradas muestras de hasta dónde es capaz de llegar por seguir en el poder.