Belenes del Mundo convierte Madrid en un mapa global del belenismo

Madrid vuelve a mirar al mundo a través de una de sus tradiciones más arraigadas. La muestra Belenes del Mundo regresa esta Navidad con un recorrido singular por los cinco continentes, una propuesta que trasciende lo decorativo para convertirse en un verdadero viaje cultural. La exposición, impulsada por la colección Basanta-Martín, se despliega este año en varios distritos de la capital y permite al visitante descubrir cómo el Nacimiento se interpreta, se talla y se imagina en culturas muy distintas entre sí.
Detrás de esta iniciativa están dos nombres clave del belenismo contemporáneo: Antonio Basanta, responsable de la dirección artística, y Jesús Mayo, al frente de la dirección de producción. Ambos coordinan una selección cuidada y coherente de piezas que forman parte de una de las colecciones privadas más importantes del mundo.
Una colección única construida durante décadas
La colección Basanta-Martín reúne más de 4.000 grupos belenísticos y alrededor de 25.000 figuras procedentes de 158 países. Las piezas abarcan desde el siglo XVIII hasta la actualidad y están realizadas en más de 200 materiales distintos, entre ellos barro, madera, vidrio, metal, fibras vegetales o piedra.
Este fondo es el resultado de casi medio siglo de trabajo y pasión. Antonio Basanta y María de los Ángeles Martín iniciaron la recopilación en 1977, guiados por un interés que iba más allá de lo ornamental. Cada belén es, para ellos, un documento cultural que refleja la identidad, la espiritualidad y el contexto social del lugar donde fue creado.
Aravaca-Moncloa, primer punto del recorrido
El Centro Cultural Juan Genovés, en el distrito de Aravaca-Moncloa, hasta el 5 de enero una selección de más de treinta grupos belenistas procedentes de distintos continentes. El visitante puede encontrar ejemplos de belenismo africano elaborados en madera, cuerno o barro, llegados de países como Malawi, Kenia, Togo, Egipto o Mozambique.
Asia aporta piezas de gran delicadeza, con relieves chinos y belenes procedentes de Laos y Tailandia. América está representada por autores como el peruano Richard Chávez o el mexicano Agustín Cruz Tinoco, mientras que Europa ofrece desde el belén ajedrezado ucraniano hasta el clasicismo renovado de la Natividad de José Luis Mayo Lebrija, uno de los grandes nombres del belenismo español actual.
Moratalaz y el viaje completo por los cinco continentes
En el Centro Sociocultural Eduardo Chillida, en Moratalaz, la exposición se puede visitar hasta el 30 de diciembre. Aquí el planteamiento es claramente viajero: el recorrido atraviesa África, Asia, Oceanía, América y Europa sin salir del edificio.
Destacan piezas como el relieve africano tallado en madera de caucho, belenes de Camerún, Nigeria o Ghana, así como obras asiáticas llegadas de Malasia, Indonesia, Laos o Vietnam. Oceanía suma propuestas poco habituales, como belenes tallados en madera de rosal o elaborados con fibras vegetales en las Islas Salomón. El apartado europeo incluye conjuntos españoles de gran formato, con escenografías firmadas por dioramistas de reconocido prestigio.
Hortaleza, Villaverde y Chamberí se suman a la ruta
El Centro Cultural Carril del Conde, en Hortaleza, ofrece hasta el 3 de enero un recorrido similar, con especial protagonismo de belenes africanos tallados en madera y piezas americanas de fuerte carga simbólica, como el haitiano Belén del esclavo o el papel picado mexicano.
En Villaverde, el Centro Sociocultural Santa Petronilla pone el acento en la diversidad de materiales y estilos, desde el ébano africano hasta el batik indonesio o los belenes populares mexicanos. No es casual que aquí destaque la obra de José Luis Mayo Lebrija, cuyo taller se encuentra precisamente en este distrito.
Por su parte, el Centro Cultural Galileo, en Chamberí, se suma a la programación del 11 de diciembre al 5 de enero con un recorrido especialmente equilibrado entre tradición europea y propuestas de otros continentes. Figuras africanas en ébano, belenes asiáticos de fibras o cerámica rakú y piezas americanas en metal recortado conviven con joyas europeas como la Pirámide de Navidad alemana o el belén folklórico ruso.
Más que una exposición navideña
Belenes del Mundo no es solo una muestra estacional. Es una propuesta que invita a reflexionar sobre la universalidad del relato del Nacimiento y su capacidad para adaptarse a contextos culturales muy distintos. Cada figura, cada grupo y cada material habla de una manera de entender la tradición desde lo local.
La dispersión de la exposición por varios distritos refuerza además su vocación pública y accesible.