Especies invasoras

Tapan el cauce de un río valenciano con malla para erradicar una de las peores especies invasoras del mundo

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Recreación del Arundo donax creciendo en las orillas de un río.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Las especies invasoras llegan a un ecosistema, hacen los cambios que consideran necesarios y terminan afectando todo a su alrededor. En este caso, se trata de una planta que viene del continente asiático y que se ha vuelto común en la cuenca mediterránea.

Si bien muchos se han acostumbrado a verla y la consideran parte del paisaje, la realidad es que frenarla, como ahora ocurre en Valencia, se ha convertido en un paso imprescindible. Es una especie exótica con una capacidad de crecimiento tan rápida que altera por completo el funcionamiento del entorno.

Esta es la especie invasora que coloniza y altera los ríos en Valencia

El nombre científico de esta especie invasora es Arundo donax. La mayoría la conoce como caña común o cañavera, aunque recuerda más a un bambú. Esta planta crece sin freno, puede superar los ocho metros con tallos gruesos, huecos y divididos en nudos. Sus hojas largas, de un verde apagado, se colocan en dos líneas que acompañan al tallo hasta el penacho que brota en verano.

El problema está abajo, pues el sistema de rizomas de la Arundo donax forma una red dura, pesada y cargada de reservas. Se extiende en todas direcciones y guarda energía suficiente para rebrotar después de un corte, un incendio o una riada.

Esta planta no necesita semillas para volver a ocupar un espacio. Un simple fragmento de raíz inicia otra invasión. Por eso, con ese comportamiento, los desbroces puntuales no sirven de nada.

Frente a esta problemática, la Confederación Hidrográfica del Júcar actúa ahora en el río Molinell con un método más contundente: cubrir con una malla geotextil cinco metros de servidumbre en cada margen durante 18 meses para impedir que la planta vuelva a emerger.

El plan va ligado a una restauración real. Cuando retiren la malla, los técnicos replantarán álamos, tamarices y sauces, que son las especies que deberían dominar el cauce. La Generalitat sigue esa misma estrategia en el plan autonómico de eliminación de cañaverales, conocido como «Desencanyar», con inversiones millonarias para recuperar tramos enteros del Turia, del Júcar y de otros ríos donde la caña se hizo con el control durante décadas.

Cómo es la amenaza de esta planta invasora en Valencia

La caña no se limita a crecer, sino que desplaza a la vegetación autóctona y deja el paisaje convertido en una masa uniforme de tallos. La fauna pierde refugio, alimento y zonas de sombra. El río cambia su temperatura, su luz y su dinámica interna. Incluso el suelo queda atrapado bajo una capa de rizomas que impide que cualquier otra planta arraigue.

En la Comunidad Valenciana, la amenaza se nota todavía más cuando llegan lluvias intensas. Los cañaverales crean un efecto tapón que dificulta el paso del agua y aumenta el riesgo de inundaciones en áreas habitadas.

La acumulación de material seco añade otro problema, ya que arde con gran facilidad. La caña invade acequias, caminos y lindes de cultivo, complica el riego y genera pérdidas en explotaciones que ya trabajan con recursos ajustados.

La intervención en el Molinell es un intento serio de devolver al río un equilibrio que parecía perdido. Si el plan funciona, el Molinell recuperará sus árboles, sus sendas y un paisaje que muchos ya habían dado por perdido.

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