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Descubrimiento inaudito: hallan el primer invertebrado capaz de orientarse con las estrellas y la Vía Láctea

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Polilla bogong. Foto: Ajay Narendra / Universidad Macquarie
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

La Universidad de Australia del Sur (UniSA) informa de un hallazgo sorprendente que redefine nuestra comprensión sobre la navegación animal. Por primera vez, se ha identificado a un invertebrado capaz de orientarse utilizando el cielo nocturno, incluyendo las constelaciones y la Vía Láctea, un método que hasta ahora se creía exclusivo de aves y humanos.

Este descubrimiento amplía los horizontes científicos y abre nuevas posibilidades para la tecnología y la conservación. ¿Quieres conocer más sobre él?

Éste es el invertebrado que navega con ayuda del cielo estrellado

La polilla bogong, nativa del sureste australiano, ha sido identificada como la primera especie de invertebrado que se guía en sus migraciones estacionales mediante la observación del firmamento.

Cada año, millones de estos insectos emprenden un viaje de hasta mil kilómetros hacia las cuevas frescas y oscuras de las Montañas Nevadas australianas para pasar el verano en un estado de letargo conocido como estivación.

Esta travesía, que sucede en primavera y otoño, resulta extraordinaria por la precisión con la que las polillas ajustan su ruta, sincronizando su dirección con las posiciones de las estrellas y la banda luminosa de la Vía Láctea.

Los investigadores, liderados por el profesor Eric Warrant, utilizaron tecnología avanzada para recrear el cielo nocturno en laboratorios, demostrando que cuando se manipulaba el patrón estelar, las polillas invertían su rumbo.

En contraste, al alterar aleatoriamente las estrellas, estos insectos perdían totalmente su capacidad de orientación, lo que confirma que no sólo siguen luces sino patrones específicos en el cielo.

Según Warrant, «estos insectos no se guían por la luz más intensa, sino que leen patrones específicos en el cielo nocturno para determinar su camino, igual que muchas aves migratorias».

Cómo la polilla bogong utiliza el cielo nocturno y el campo magnético para orientarse

El estudio también mostró que en noches nubladas, cuando el cielo estrellado no es visible, las polillas dependen del campo magnético terrestre para mantener su rumbo, evidenciando un sistema de navegación redundante que asegura su travesía.

Este doble mecanismo es fundamental para su supervivencia en entornos cambiantes. Detrás de esta habilidad sobresaliente se encuentran neuronas especializadas localizadas en áreas del cerebro vinculadas a la navegación.

Estas células responden selectivamente a la dirección en la que la polilla se orienta respecto al cielo, revelando un procesamiento neurológico avanzado y adaptativo.

Por otra parte, hay que destacar que este hallazgo tiene aplicaciones potenciales en la tecnología moderna.

Los científicos sugieren que la forma en que estos insectos interpretan la luz estelar podría inspirar el desarrollo de sistemas de navegación para drones y robots que operan en condiciones de baja iluminación, siguiendo ejemplos previos de tecnologías basadas en escarabajos peloteros y su uso de la Vía Láctea.

Conservación y amenazas para la polilla bogong migratoria guiada por las estrellas

Además, la investigación resalta un aspecto crítico: las poblaciones de polilla bogong están disminuyendo rápidamente, debido a la pérdida de hábitat y la contaminación lumínica, factores que afectan su capacidad para orientarse y completar sus migraciones.

La especie ha sido catalogada como vulnerable, lo que subraya la necesidad urgente de proteger sus rutas migratorias y los cielos nocturnos que utilizan como guía natural.

El profesor Warrant destaca que «no se trata sólo de una polilla, sino de cómo los animales interpretan el mundo que los rodea».

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