Las bacterias más comunes en las cosas que comemos
Los virus y bacterias se encuentran presentes en gran parte de los alimentos que tomamos. ¿Cuáles son las bacterias más comunes en las cosas que comemos?
Una nutrición completa y equilibrada es el pilar de una vida saludable, con más energía y menor riesgo de desarrollar enfermedades. No obstante, debemos tener mucho cuidado al preparar y almacenar las cosas que comemos, para evitar la proliferación de bacterias. Por su cantidad de agua y nutrientes, los alimentos (principalmente los frescos) pueden convertirse en el medio ideal para la reproducción de estos microorganismos patógenos. A continuación, veremos cuáles son las 5 bacterias más comunes en los alimentos y cómo podemos combatirlas:
3 bacterias muy comunes en los alimentos y cómo combatirlas
Salmonella
Salmonella es un género de bacterias que pueden provocar diferentes enfermedades en los seres humanos (algunas se consideran problemas de salud pública). Las salmonellas se encuentran naturalmente en el tracto intestinal de diversos animales, especialmente de las aves y los reptiles.
Cuando tenemos contacto directo o indirecto con heces o tejidos infectados por estas bacterias, corremos el riesgo de desarrollar salmonelosis. Por ejemplo, al llevar a la boca algún alimento contaminado por los excrementos de un ave (como la cáscara de los huevos de gallina).
Los principales síntomas de la salmonelosis son: fiebre, dolores de cabeza, diarrea y calambres estomacales. Pero si la enfermedad no es tratada de manera oportuna, las bacterias pueden alcanzar el torrente sanguíneo y el paciente sufre una septicemia. En la actualidad, la salmonelosis es una de las patologías de transmisión alimentaria más comunes en todo el mundo, afectando a más de un millón de personas a cada año.
¿Dónde encontramos las bacterias del género Salmonella?
Los alimentos que requieren más cuidado son:
- Huevos: principalmente si se consumen o se utilizan crudos en la elaboración de otras recetas (la mayonesa, por ejemplo). La principal recomendación es no utilizar huevos rotos o con restos de plumas y heces, y evitar lavarlos, ya que la cáscara es muy porosa y la humedad favorece la proliferación de las bacterias.
- Aves crudas o poco cocinadas. La recomendación es dar preferencia a carnes de procedencia certificada por las autoridades competentes, y consumirlas bien cocinadas.
- Cualquier alimento elaborado, dejado a temperatura ambiente por muchas horas. La recomendación es almacenar correctamente los alimentos, utilizando la nevera para extender su vida útil y evitar la proliferación de agentes patógenos.
Bacterias E. coli
Las bacterias E. coli viven naturalmente en nuestra flora intestinal y resultan indispensables para una óptima digestión y absorción de nutrientes. De hecho, se conoce un número relativamente pequeño de cepas patógenas, aunque estas sean responsables de gran parte de las intoxicaciones alimentarias.
Estas bacterias patógenas pueden alojarse en el revestimiento de nuestro intestino delgado, provocando diarreas que, a menudo, están acompañadas por sangre. Otros síntomas comunes en las infecciones por E. coli son: náuseas y vómitos, fuertes cólicos abdominales, fiebre y debilidad o cansancio general.
¿En qué alimentos podemos encontrar bacterias E. coli?
En los alimentos, podemos encontrar la E. coli en la carne de vacuno (principalmente en la molida), la leche cruda y los productos lácteos, pues estas bacterias también están presentes en los intestinos del ganado. La principal recomendación es consumir únicamente productos con la correspondiente certificación y dar preferencia a los pasteurizados. También es una medida eficaz evitar el consumo de carnes crudas o poco cocinadas, de las cuales se desconozca la procedencia.
Otras posibles fuentes de E. coli son:
- Productos frescos crudos.
- Jugos de fruta sin pasteurizar.
- Agua contaminada o sin tratamiento de potabilización.
Estafilococos
Staphylococcus es un género que comprende más de 300 tipos de bacterias, entre las que encontramos algunas cepas altamente patógenas. Destacan por su gran capacidad adaptativa y resistencia, siendo capaces de sobrevivir en diferentes medios, inclusive en los alimentos (principalmente los lácteos).
Las bacterias estafilocócicas se alojan en las mucosas del cuerpo, principalmente en los tejidos intestinales, donde suelen desencadenar procesos infecciosos. Entre los trastornos que pueden ocasionar en el organismo humano, podemos mencionar las infecciones dérmicas, intoxicaciones alimentarias, el síndrome del choque tóxico, la artritis séptica y la bacteriemia.
¿En qué alimentos están presentes los estafilococos?
Estas bacterias se encuentran en los productos lácteos de forma controlada, principalmente mediante el proceso de pasteurización. La leche cruda y sus derivados no pasteurizados pueden ser fuentes de contaminación, así como las carnes (especialmente la de ave) y los alimentos ricos en proteínas (jamón y otros embutidos).
Igualmente, los estafilococos pueden estar presentes en productos de pastelería (principalmente, en rellenos de crema) y verduras crudas. La principal recomendación para combatirlos es la buena praxis higiénica y los cuidados al manipular los alimentos, para evitar contaminaciones cruzadas en la cocina.
También es importante conservar correctamente los alimentos elaborados, evitando dejarlos a temperatura ambiente y con excesiva humedad. La refrigeración es la alternativa más práctica y segura, ya que el frío suele controlar la proliferación de estos microorganismos patógenos. En muchos alimentos incluso es recomendable congelarlos antes, para tener después un consumo mucho más saludable.
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