Rabia en gatos: cómo se contagia y principales síntomas
Se suele hablar de la rabia en perros, pero también puede darse en gatos e incluso contagiar a los seres humanos. No es una enfermedad muy común pero si se presenta es extremadamente peligrosa ya que no hay tratamiento posible y el animal acaba falleciendo. A continuación explicamos cómo se contagia y cuáles son los principales síntomas.
Contagio de la rabia en gatos
La rabia felina es una enfermedad de carácter infeccioso viral provocada por un virus de la familia Rhabdoviridae. Se trata de una patología muy grave, que afecta al sistema nervioso central y provoca encefalitis aguda.
La principal vía de contagio en gatos es la mordedura de un animal infectado. Ahora bien, también existen otras, como por ejemplo el lamido o el arañazo de una herida abierta. No es virus que se transmita por el aire, sino que está presenta en las secreciones y la saliva, de manera que tiene que existir contacto directo entre un animal infectado y otro sano.
Por lo tanto, es esencial que nos aseguremos de que nuestro gato no está en contacto con animales silvestres. Por suerte, aunque no existe cura para la rabia en gatos, si hay una muy buena medida preventiva: la vacunación. La vacuna antirrábica se aplica en varias dosis. La primera se administra cuando los gatos tienen tres meses de edad y luego los refuerzos son anuales.
La prevención es clave porque la rabia felina se puede contagiar a humanos, e incluso a otros animales domésticos, como los perros.
¿Cuáles son los síntomas?
El periodo de incubación es 100% asintomático, de manera que los gatos no presentan ningún síntoma evidente. Puede durar desde una semana hasta varios meses, aunque en la gran mayoría de casos los felinos empiezan a mostrar síntomas desde el primer mes desde que se produce el contagio.
Los primeros síntomas son vómitos, cansancio sin razón aparente y alteraciones en el comportamiento: irritabilidad, maullidos excesivos y pérdida de apetito. La etapa más característica de la rabia en gatos es la conocida como fase furiosa, y el gato cambia por completo su comportamiento. Puede incluso llegar a atacar y a morder.
La última etapa se conoce como paralítica porque se produce parálisis de forma generalizada, así como convulsiones, espasmos, coma y, finalmente, la muerte.
Algunos de los síntomas de la rabia felina, sobre todo en las primeras fases, son fáciles de confundir con los de otras enfermedades. Ante la más mínima señal de alerta, es conveniente que acudamos al veterinario lo antes posible.