¿Los perros pueden morir de depresión?
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Los perros son mucho más parecidos a los humanos de lo que nos pensamos, y ellos también pueden sufrir depresión, y las causas pueden ser de lo más variadas. Aunque hay canes más independientes que otros, todos necesitan socializar de alguna manera, así que la falta de atención que las personas dan a sus mascotas es uno de los motivos más frecuentes.
La depresión también puede producirse por cambios repentinos, como por ejemplo la llegada de otro animal a casa o una mudanza. Los perros son animales a los que les gusta la rutina, así que la más mínima alteración puede crear en ellos un estado de tristeza persistente.
Lo más importante es prestar atención a los síntomas de alerta y saber responder ante ellos: el perro camina con la cabeza gacha, no quiere jugar ni salir a pasear, duerme más de lo normal, no muestra ningún entusiasmo por cosas que antes le interesaban.
Ahora bien, ¿los perros pueden llegar a morir de depresión? Lo cierto es que esta enfermedad, del mismo modo que ocurre en los humanos, puede ser muy peligrosa. Es más, los canes pueden morir si no reciben la atención adecuadamente.
Depresión y muerte en perros
Si los síntomas de la depresión se extienden por más de dos semanas, hay que acudir al veterinario de inmediato para que establezca el tratamiento adecuado.
La falta de apetito, los cambios en el horario de sueño y otros factores disminuyen las defensas del animal, lo que aumenta el riesgo de que sufra enfermedades que en condiciones normales no padecería.
Por lo tanto, la depresión poco a poco va descompensando el organismo del perro, creando diferentes cuadros que pueden llevarle a la muerte.
Tratamiento
El veterinario es quien debe diagnosticar la depresión y averiguar la causa para poder establecer el tratamiento más adecuado.
La terapia basada en técnicas de modificación de la conducta ha demostrado tener muy buenos resultados, aunque requiere de una gran implicación por parte de los dueños. La educación en positivo es la que mejor funciona, y en líneas sencillas consiste en premiar al animal cuando hace algo bien en lugar de castigarle cuando hace algo mal.
En casos muy graves, el veterinario puede recomendar la administración de fármacos ansiolíticos o antidepresivos, aunque esta siempre es la última opción.
Esto es todo lo que debes saber sobre la depresión en graves. Cubrir las necesidades físicas y emociones del animal es fundamental para garantizar su bienestar.
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