El detalle que cambiará la vida de tu perro tiene que ver con su comedero: jamás lo habrías pensado

Si tienes un perro como mascota, hay un detalle relacionado con su comedero que mejorará su salud. ¿Alguna vez te has planteado a qué altura tienes que colocarlo? Quizá creas que en el suelo es la mejor opción, pero nada más lejos de la realidad, ya que el animal se siente incómodo y, además, ingiere una gran cantidad de aire.

Más allá del tipo de comedero que elijas para tu mascota, debes prestar especial atención a la altura a la que lo sitúas, ya que puede afectar al estado de salud y bienestar del perro. Si está a cierta altura, va a favorecer la digestión, ya que permite que el animal digiera el alimento de una forma más natural.

Además, diversos estudios han comprobado que reduce el estrés y evita una presión mayor en articulaciones, piernas, espalda y cuello porque el perro no tiene que adoptar una postura forzosa a la hora de comer. Por lo tanto, el comedero debe estar situado aproximadamente por debajo de la parte superior de su hombro, sobre todo si sufre problemas en las articulaciones o es anciano.

Esto, por supuesto, también se aplica al bebedero. Con ambos elementos elevados, el aparato digestivo del animal permanecerá en todo momento en la posición adecuada y su boca, esófago y estómago estarán correctamente alineados. Con el paso del tiempo, se pueden prevenir trastornos digestivos.

El mejor comedero para el perro

Una de las decisiones más importantes tiene que ver con el material del comedero. El plástico es el material más resistente y fácil de lavar, pero presenta un gran inconveniente: puede transmitir tóxicos a la comida del animal. Por lo tanto, mejor descártalo.

En el mercado puedes encontrar un amplio abanico de comederos de cerámica, de todo tipo de tamaños y colores. Aunque es una buena opción, al ser un material poroso no es fácil de lavar. Por lo tanto, su vida útil es corta.

El acero inoxidable es la mejor alternativa de todas porque es muy resistente a la corrosión y al desgaste y, además, no desprende elementos tóxicos en la comida que puedan afectar a la salud del perro.

Aunque parezca lógico, va a necesitar un comedero de mayor tamaño si el perro es grande y uno de menor tamaño si es pequeño. Esto te va a ayudar a medir y controlar mejor la cantidad de comida que ingiere tu mascota, algo esencial para prevenir la obesidad.