Aranjuez, un rincón de alta gastronomía a sólo 40 minutos del centro de Madrid

Un lugar muy especial de la Comunidad de Madrid que ofrece una experiencia de 360 grados

ARANJUEZ
Palacio Real de Aranjuez. © Istock

A la hora de elegir lugares para visitar y disfrutar, muchas personas se dejan guiar por la gastronomía. En la Comunidad de Madrid hay decenas de rincones donde poder tomar platos buenísimos y elaborados con las mejores materias primas, y hoy vamos a acercarnos hasta Aranjuez, un municipio a sólo 40 minutos del centro de Madrid, al que se puede llegar en coche, en Cercanías o en el Tren de la Fresa, un tren histórico que hace la ruta de Madrid a Aranjuez y que tiene toda la estética del S. XIX. Aranjuez es un sitio en el que vamos a poder comer como auténticos reyes, ya que por algo era el lugar favorito de la Casa Real Española para veranear y disfrutar.

Y es que Aranjuez es, sin duda, un lugar muy especial. Encierra una belleza singular que enamora desde el primer momento, desde el primer paseo y la primera parada en cualquiera de sus tabernas y restaurantes. Es un municipio que ofrece una experiencia de 360 grados. 

María Belmonte, delegada de Turismo del Ayuntamiento de Aranjuez, presume de ciudad y afirma que fue «diseñada para disfrutar, para desconectar y también conectar con lo bello. Nuestro paisaje cultural, excepcional y universal, es patrimonio de todos, de la humanidad».

El Paisaje de Aranjuez

Una de las imponentes fuentes del Palacio Real de Aranjuez. © Istock

El Paisaje de Aranjuez, dominado por su conjunto palaciego y sus jardines –los mayores del sur de Europa–, está lleno de arte y elementos excepcionales. De hecho, fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, lo que le convierte en un espacio de un valor universal excepcional.

El Palacio Real de Aranjuez, que es un auténtico tesoro arquitectónico, impone por su elegancia y cuidada estética de piedra blanca y ladrillo. Es por ello, entre otros aspectos, que durante siglos ha sido uno de los lugares predilectos de la Corona Española. Pero es que, además, la construcción palaciega, de estilo herreriano y proyectada por Juan Bautista de Toledo, está rodeada por unos fabulosos jardines visitables de 111 hectáreas, donde destacan el Jardín del Príncipe, el Jardín de la Isla y el Jardín de Isabel II.

Estanque de los Chinescos de Aranjuez. © Istock

«Un día perfecto en Aranjuez pasa por un paseo sin prisas por los jardines históricos», apunta Belmonte, quien también nos invita a acudir al Estanque de los Chinescos, el cual llama mucho la atención de los visitantes por la presencia de tres templetes de diferentes estilos arquitectónicos. Muchos de estos jardines, anteriormente citados, completan su majestuosidad con la presencia de impresionantes fuentes donde se representan escenas mitológicas, como es el caso de la fuente de Hércules y Anteo, Ceres, Hércules e Hidra, o la Fuente del Reloj y la Fuente del Niño de la Espina.

Podemos completar la visita con el Museo de Falúas Reales, la Real Casa del Labrador, la Capilla de San Antonio, precedida de una plaza de armas de estilo clásico, el Palacio de Godoy o el mercado de abastos, tan importante para los arancetanos por el gran valor de sus productos de la tierra.

Turismo gastronómico

Cebolla tierna con ajetes, crema de huevo y trufa de Casa José. © Redes Sociales

Al encanto del Palacio Real y sus espléndidos jardines, debemos sumar la altísima gastronomía de sus restaurantes en los que podemos degustar platos elaborados con lo mejor de la Huerta de Aranjuez, ya que los chefs y empresarios dedicados a la restauración apuestan por los productos de cercanía, dinamizando de este modo la economía local.

«La calidad y la variedad de oferta gastronómica sorprende al visitante y es otra de las fortalezas de Aranjuez como destino. Nos consta que recibimos turismo gastronómico, es decir, planifican primero donde comen o cenan, priorizando visitas como la cata en una bodega o una visita guiada a las huertas históricas. Experiencias aptas para todo tipo de públicos y que nos conectan con lo más esencial: el campo, la buena alimentación, la sostenibilidad», añade Belmonte en charla con OKDIARIO.

Espárragos blancos y verdes de Aguatinta. © Redes Sociales

Y es que las Huerta Histórica de Aranjuez, de acuerdo con la delegada de Turismo del Ayuntamiento de Aranjuez, es alabada por los paladares más exigentes: «Ofrecen una enorme variedad de productos y con mucha calidad, algo que es posible gracias a factores como la climatología, la altitud moderada y la confluencia de los ríos Jarama y Tajo». Son famosos los espárragos y las fresas, pero podemos perdernos, según Gómez, productos de alto valor como las coles de Bruselas, los carnosos tomates, las alcachofas, las habas o las patatas, entre otros.

Tour de la Huerta de Aranjuez

Frutos de la Huerta de Aranjuez. © Istock

Los agricultores de la Huerta de Aranjuez,  además, están encantados de que conozcamos de primera mano cómo son sus campos, cómo los cultivan y cómo los miman para sacar de ellos los mejores resultados. Es una actividad que es posible realizar, si decidimos ir de visita y estar en contacto con la naturaleza.

Se ofrecen tours por las huertas históricas del municipio, las cuales forman parte también del Paisaje Cultural de Aranjuez, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco; y el Museo de la Fresa, en los que un guía cuenta todos los secretos de la producción de sus manjares autóctonos. La visita dura alrededor de una hora y al final podemos comprar a pie de huerta una buena cesta de productos de Aranjuez para llevarnos a casa.

El amor de los chefs por el km 0

Terrina de tomate rojo de Casa José. © Redes Sociales

De una gran huerta salen unos platos donde las verduras son las estrellas de todas las cartas. De hecho, no es posible sentarnos en la mesa de cualquier sitio de Aranjuez y no tener especialidades de verduras, hortalizas y frutas. Los chefs que despliegan sus encantos culinarios en el municipio madrileño tienen su cocina llena de productos de km cero y de temporada. La mayor parte de ellos, desde luego, le han rendido amor eterno a las verduras de Aranjuez con el fin de conquistar a sus comensales.

La despensa de Casa José, uno de los más ilustres restaurantes de Aranjuez, presente en la guía Michelin, está conformada básicamente de materia prima que le proveen los hortelanos de la Vega del Tajo y el Jarama. Fernando del Cerro es su chef y tiene verdadera pasión por los platos elaborados con vegetales, los cuales marida con otros productos, como la caza. «Los colores de Aranjuez están en nuestros platos», explican con orgullo en su web.

Pulpo al wok con apionabo de Casa José. © Redes Sociales

Como característica propia de Casa José, el cocinero trabaja las verduras a golpe de fuego, como las trabajan en Asia, continente por el que ha viajado buscando y aprendiendo nuevas técnicas que aplicar en su cocina. Concentran mejor el sabor, defienden los partidarios del uso del horno, el wok y la fritura.

Poseen menús de seis pases, combinando platos vegetales y animales. Aunque los vegetarianos puede cerrar un menú 100% verde, donde se contemplan platos como el papillote de judías verdes como nueces de macadamia al kimchi, berenjena asada con crema de aceitunas o maíz blanco con tahini con ajo blanco y mole verde.

Tomate asado con sardina y ali-oli maché de Casa José. © Redes Sociales

En los otros menús, donde podemos conjugar lo animal con lo vegetal, encontramos platos tan especiales como la terrina de tomate rojo con berberechos en soja y berros, corvina del estrecho a la crème de acederas asiáticas, pulpo al wok con apionabo y salicornea y un costillar de cordero de lechal asado a la antigua, entre otros.

Experimentación con verduras

Guisantes lágrima con trufa de Aguatinta. © Redes Sociales

En Aguatinta, en Aranjuez, también las verduras han conquistado la carta. En este espacio, que era de propiedad de la Casa de Alba y solía tener de huésped a Goya, tenemos la opción de ser comensales de la experimentación de la cocina con las verduras, combinadas, sobre todo, con los pescados más frescos de la lonja.

Encontramos un espacio precioso donde podemos tomar platos como la zamburiña con pico de gallo y kimchi, lingote de pularda trufada con salteado de boletus, lomo de bacalao con ajo negro, ensaladilla aguatinta con merluza o la flor de alcachofa sencillamente confitada. Aunque, eso sí, no podemos irnos de Aguatinta sin probar los guisantes con láminas de trufa y huevo trufado. Un plato de morirse de bueno.

Toque internacional y magnífica bodega

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Crucíferas con salsa romescu de Casa Delapio. © Redes Sociales

De Casa Delapio también saldremos enamorados. Nacida en 2003, tiene en su interior lo mejor de la huerta y una bodega maravillosa, donde se encuentran vinos muy especiales. El km 0 es su gran apuesta y, al mismo tiempo, su gran revolución. Es posible tomar platos como el tomate relleno de setas, las trompetas de la muerte, la ensaladilla con tartar de atún y huevo frito, mejillones bouchot con salsa Café de París y oreja frita con un puré de patata de Aranjuez y una salsa brava casera.

Un plato de Casa Delapio conocido como ‘Trompetas de la muerte’. © Redes Sociales

Con respecto a la bodega, intentan dar a conocer pequeñas parcelas y apostar por pequeñas cosechas. De Madrid tienen vinos de El Regajal, la Dehesa de Valdequejigoso, Cepas Viejas o La Maldición. De Cebreros, La Cendra y de Sierra de Gata, Vino de Montaña.

Para una cita menos formal, con mesas altas y un picoteo, tenemos A Terra Delapio, donde podemos tomar una tortilla vaga, unos espárragos verdes a la plancha y unas empanadas gallegas de pulpo y centollo deliciosas.

El tomate es la estrella

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Ensalada del Tomate Rojo de Aranjuez. © Redes Sociales

En el Tomate de Aranjuez vamos a ir dispuestos a rendir tributo a este producto, en todas sus versiones. El tomate viene de la huerta autóctona, por supuesto. El plato que más sale el tomate con piparras, cebolla y nada más y nada menos que un buen chorro de AOVE, y con bonito artesano escabechado. Aunque no sólo de tomate vive el hombre. Podemos pedir, además, parrillada de espárragos con salmón, flor de alcachofa con foie, huevo y cecina o tacos de solomillo con ajos tiernos.

La hermana pequeña del Tomate de Aranjuez es la Taberna del Tomate, que tiene una carta algo más sencilla a base de tapas, como la ensaladilla o las gildas con piparra, tomate, aceituna, anchoa y boquerón, o una clásica ensalada de tomate.

Disfrute y tradición

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Los callos de Casa Pablo. © Redes Sociales

Terminamos con una visita a Casa Pablo, todo un icono de Aranjuez, ya que entrar en este sitio es como viajar en el tiempo. La barra, los cuadros con fotografías de personajes muy conocidos y los carteles antiguos de corridas de toros dan un ambiente súper acogedor y muy especial, sobre todo para los que disfruten de espacios con tradición y con historia.

En cuanto a la carta, a cargo del chef Sergio Guzmán, quien entiende que uno de los éxitos de todo plato culinario es tener una despensa llena de buen producto y, además, de cercanía. No es un secreto, pero sí algo infalible.

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Las alcachofas de Casa Pablo. © Redes Sociales

Podemos tomar un cocido todos los lunes, también caracoles y callos con recetas de toda la vida, que hacía la familia Guzmán. Aunque su carta va mucho más allá, podemos tomar rapitos con ali oli de ajo tostado y membrillo, las alcachofas de Casa Pablo, besugo en escabeche de hinojo y su parmentier, entrecot de tomate de Aranjuez con ensalada de mango, aguacate y anchoa, sopa de tomate con bonito marinado o unas alcachofas que se cocinan a baja temperatura.

Comer faisán y ancas de rana

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Las ancas de rana de La Rana Verde. © Redes Sociales

Por último, para disfrutar junto al río Tajo, nos vamos a trasladar hasta el restaurante centenario El Rana Verde, ubicado en un espacio romántico que, sin duda, nos evoca otras épocas. La cocina ofrece platos tradicionales con especialidades típicas de Aranjuez, como son el faisán estofado con verduras, las ancas de rana al ajillo de Chinchón con pimiento del piquillo o los espárragos de la huerta del municipio. 

También tiene un gran éxito el rabo de toro estofado, con el que hacen, además, unas deliciosas croquetas, las flores de alcachofas sobre una crema de boletus y polvo de jamón, tartar de tomates de la Vega y guacamole con aceitunas negras, tataki de atún con queso manchego y sandía asada, así como el gazpacho de fresón de Aranjuez con albahaca. Como detalle, destacar, que la mayor parte de los platos de la carta tienen también una versión de tapas para poder picar algo de una forma más informal.

Peregrinación para los amantes del vino

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Dos visitantes haciendo una cata de vino. © Istock

Para completar la experiencia gastronómica en Aranjuez, optaremos por actividades de enoturismo, teniendo en cuenta que Aranjuez cuenta con varias bodegas que poder visitar y conocer. 

Una jornada perfecta la podemos pasar en la Bodega Real Cortijo, un espacio lleno de historia que nos van a explicar si nos decidimos a ir a Aranjuez y mandado levantar por el Rey Carlos III. Por allí, pasaron personajes tan interesantes e ilustres como Manuel Godoy, el Duque de Prim, entre otros, escondiendo en sus paredes historias dignas de ser conocidas.

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Uno de los vinos de la Bodega del Real Cortijo. © Redes Sociales

La bienvenida la hace una guía en el portón de piedra de la bodega, entre viñas y rosas ordenados en un coqueto jardín de aire francés, para más tarde comenzar la andadura por el Real Cortijo recorriendo sus interminables ramales subterráneos, donde duermen sus vinos, hasta llegar a un lagar convertido en dos salones, donde se hacen las catas de vino.

En su carta de experiencias, además de recorrer la bodega, en este Real Cortijo de Carlos III podemos aprender de enología, donde un sumiller pone todos sus conocimientos al servicio de los amantes del vino; maridar los vinos con un buen queso, diseñar nuestro propio vino o elegir la actividad conocida como el Casino del Vino, donde se hacen catas a través de diversos juegos de azar, vinculados a los sentidos.

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Dos vinos de Finca El Regajal. © Redes Sociales

Bodegas El Regajal, por su parte, ubicadas al sur de la Comunidad de Madrid, ofrece experiencias como: hacer una ruta, degustar sus vinos y, además, realizar eventos preciosos en su finca. Allí los guías nos van a explicar cómo es el proceso de vinificación, la crianza y envejecimiento de sus vinos, para culminar la visita probando todos los vinos en su diferente fase de elaboración.

Una finca con un viñedo ecológico de 14 hectáreas de superficie, donde se trabaja un cultuvo respetuoso con el medio ambiente. Salen de esas viñas etiquetas tan interesantes como el Regajal Selección Especial y Las Retamas de El Regajal, ambos D.O. Vinos de Madrid.

«Está claro que todo nuestro buen producto lo dejas en manos de los magníficos profesionales que tenemos en la restauración de Aranjuez, lo acompañas de vino de nuestras bodegas y tienes un plan gastronómico perfecto», termina Belmonte.

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