Laia Palau, la sheriff en el renacer de la selección española de baloncesto

La selección española de baloncesto femenino afronta un reto mayúsculo en los Juegos Olímpicos de Tokio. El equipo se quedó fuera del podio europeo por primera vez en una década en el EuroBasket celebrado el pasado mes en Valencia y ahora buscan recuperarse de un golpe que ha servido como acicate en un grupo que aspira a madurar como conjunto.

La capitana Laia Palau, a sus 41 años, se ha convertido en la voz más autorizada para hablar de todos los temas de actualidad de una selección que sabe que un mínimo detalle decantará si termina o no en el podio olímpico. «Los equipos están bastante igualados. A todo el mundo le podemos meter mano y también las rivales nos pueden meter mano», reconoce.

La jugadora del Uni Girona confirma su rol en un equipo que tiene que aprender la costumbre de competir. «He venido a tender puentes, a ayudar a reconstruir esto y es mucho más difícil que construirlo de de cero. Al final yo soy una piedra más puesta en el camino. Soy superfan de este equipo porque hay jugadoras espectaculares, pero debemos encontrar las asociaciones que teníamos antes. No puedes pedirle al equipo lo mismo que el subcampeonato olímpico de Río porque fue hace cinco años y era un equipo muy diferente», advierte.

Palau pisó por primera vez unos Juegos Olímpicos en una época en la que no había smartphones, Whatsapp ni redes sociales y admite que de aquello de poco o nada se acuerda. «Estoy excitada perdida con estos Juegos y estoy viviendo con una intensidad triple a cuando era más joven. Yo cuando debuté en 2004 en Atenas estuve allí y bien, pero no me enteraba de nada. No me quiero perder ni un segundo de esta experiencia», comenta, al tiempo que lamenta que la ceremonia de apertura no fuese como las que ella vivió en épocas pre-Covid. «Da mucha penica. Cuando has vivido una ceremonia de verdad y luego ves lo que han hecho aquí… Las de mi equipo que estaban debutando estaban encantadas porque no tenían con que comparar, pero es duro».

Para Laia, el regreso de Alba Torrens al equipo tras superar la Covid-19 lo cambia todo. «Obviamente tener a Alba en el equipo es un factor, porque además de jugarse los balones decisivos, les cambia a los equipos la forma de defender y a nosotros nos facilita el trabajo dándonos muchos más espacio y oportunidades. Alba es como tener a un Messi en el equipo». El séptimo puesto en el EuroBasket sin Torrens, con estas palabras, hasta parece bueno.

Para Palau, su presencia y la de Alba, veteranas curtidas en mil guerras, sirve para fomentar un estilo. «La experiencia es un grado y como equipo tenemos que construir una mentalidad de competir, de jugar y ponernos en esa situación para poder ganar. Ahí ya veremos qué pasa, pero tenemos que ponernos en esa situación».

La capitana descarta su presencia en París 2024, aunque nadie sabe con la longevidad de una carrera que no ha perdido ni un ápice de calidad, en parte por el entendimiento que posee con el seleccionador Lucas Mondelo. «Yo con Lucas tengo siempre el mismo trato. Yo me pongo al servicio del equipo: ‘tú me quieres usar más o menos, pues perfecto’. Mi gestión externa es algo importante porque es algo que siempre he hecho y es importante que lo siga haciendo dentro y fuera de la pista. Son tiempos de cambio y yo estoy aquí para lo que se necesite», añade la sheriff del equipo.

Con el equipo norteamericano en otro planeta, España espera poder luchar por los otros puestos del cajón. «No somos ninguna potencia de nada, ni físico, ni de altura, quizá sólo lo tenemos en la cabeza y las ganas de competir, por eso creo que es importante crear un clima de confianza ganadora y a partir de ahí crecer».

España debuta en la madrugada del domingo al lunes (a las 3:00 de la madrugada hora española) contra Korea en un partido sobre el que se deberían sentar los cimientos de un equipo que espera sacar una medalla. Luego Serbia y Canadá, en el resto de encuentros de la fase de grupos, dictaminarán si las chicas de Lucas Mondelo son aspirantes a todo. Si ganan los Juegos Olímpicos será la única forma de que se clasifiquen para el próximo Mundial de Australia 2022.