El whatsapp del ex edil del PSOE acusado de agresión sexual a la denunciante: «No he tenido mi mejor día»
La víctima reprocha al ex concejal tocamientos "en los pechos y en las bragas": "Le aparté la mano"
"Comenzó a tocarse sobre los calzoncillos. Me dijo que estaba caliente, que se había empalmado"
El ex concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid y antiguo máximo responsable del PSOE en el distrito Centro escribió un mensaje de whatsapp un rato después de salir de la casa de la militante que le acusa por agresión sexual. Tal como desvela en exclusiva OKDIARIO, Chema Dávila le traslada: «Hoy no tenía mi mejor día. Gracias». Ella le contesta: «Nada, a ti por la compañía». A lo que el acusado replica: «Hoy ha sido un bien mutuo».
Según ha declarado este jueves la denunciante bajo juramento de no mentir, su respuesta de: «Nada, a ti por la compañía» se explica porque estaba «en shock» y porque pensaba que no debía llevarse mal con un jefe orgánico. Por el contrario, el acusado sostiene que es la prueba de que siguieron siendo amigos hasta el 15 de noviembre que se realizó la denuncia. Su abogado defensor sostiene que la denunciante empieza a denunciar, tanto a Dávila, como al diputado autonómico Javier Guardiola, en un caso que quedó archivado tras hablar con una experta en violencia de género del PSOE.
El relato de hechos de la víctima a preguntas de la Fiscalía es el siguiente. El miércoles 10 de noviembre de 2021 sobre las 18:30 estaba en su casa y vino el político del PSOE». «Estuvimos charlando un poco, de cómo estaba yo y de política. Recuerdo que le dije que yo estaba en paro y que él me iba a ayudar a encontrar un trabajo. Le envié mi currículum. De hecho, creo que escribió al director de un periódico digital. Después de eso empezó a masajearme los hombros», explica B. D., la joven.
«Yo estaba sentada en un sofá de dos plazas donde caben hasta tres personas. Yo estaba en la parte izquierda. Él se sentó en la derecha», agrega. «Usted le indica que le dé un masaje, ¿o no le dice nada?», pregunta el fiscal. «No, yo simplemente en un momento de la conversación tenía los ojos cerrados por la ansiedad y él empezó. Pero no, en ningún momento le di pie a un masaje», esgrime.
«Que me quitase la ropa»
«Después empezó a bajar por la espalda, por los costados. Y empezó a tocar más partes. Yo ahí me quedé en shock. ¿Qué partes? Primero los muslos por arriba y me quedé en shock. Me dijo que me quitase una camiseta de chándal y el top deportivo que llevaba. Me dijo que la ropa le molestaba para el masaje. Yo le dije que no. Me dijo que me quitase la camiseta porque tenía detrás dibujado un número y que me lo iba a desgastar. Que me la quitase y que no pasaba nada», ha expuesto.
En este contexto, subraya: «Sus brazos estaban alrededor de los míos y empezó como a acariciarme mis brazos. Y después me dio besos en el cuello. Se reclinó en el sofá, se desabrochó el botón y la cremallera de los de los pantalones y comenzó a tocarse por encima de los calzoncillos. Y ahí fue cuando él dijo que estaba caliente, que se había empalmado».
«Como estaba en shock cogí el ordenador que estaba en la mesa al lado. Lo cogí porque pensé que así él entendería que no quería nada y que me dejaría en paz. Pero él siguió. Me metió la mano por debajo de la camiseta, me tocó el estómago, empezó a subir hacia los pechos y ahí con cada mano me cogió cada pecho. Y yo ahí cerré como los brazos hacia mis costados como para indicarle que parase, para intentar que no pudiera mover las manos. Después de eso me desabrochó el cordón del pantalón del chándal y me introdujo la mano. Llegó hasta el pubis. Tanto dentro del pantalón como de las bragas, ahí le saqué las manos», agrega.
Por su parte, Chema Dávila descarta que en ningún momento se propasara. Asegura que dio un «masaje de relajación». El ex concejal y ex ferretero ha comentado que es psicólogo de formación, aunque profesionalmente no ha ejercido nunca. El masaje era supuestamente para combatir la ansiedad de la joven y su impulsiva ingesta de pastillas contra la depresión (benzodiacepinas y pregabalina). Asegura insistentemente que la chica se dio dos toques en su hombro para dar a entender que sí quería los tocamientos. La denunciante descarta que hiciera ese gesto.
«Dijo que estaba de cañas»
Otro detalle que no ha pasado desapercibido de la declaración de la joven es la relación de Dávila con su pareja, Mónica F. «Tras los hechos se fue a mi baño. Después volvió, cogió el abrigo y antes de marcharse, me dijo que no le dijera nada a Mónica, que era su pareja, porque le había dicho que estaba tomando cañas con unos amigos del trabajo». «Luego me dijo de vernos el día siguiente y yo le dije que tenía que mirar mi agenda. No sabía cómo decirle que no», agrega.
El abogado defensor de Chema Dávila ha subrayado que ante la Policía no dijo que le había tocado los pechos. A esto, la denunciante dijo que fue un error del policía al plasmarlo en el atestado. También ha tratado de quitar relevancia a sus palabras diciendo que ella es paciente psiquiátrica desde el 2009, afectada de un trastorno depresivo mayor y grave y trastorno bipolar con altas y bajas. «Su seguimiento del tratamiento pautado por psiquiatra ha sido desigual». El caso queda listo para sentencia.