La secretaria de Rodríguez Sobrino desvela el mote de González en Lezo: «Le llamamos el coletillas»
El expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González era apodado «el coletillas» y «caía muy mal» en el despacho de abogados de su mano derecha del Canal de Isabel II en Latinoamérica, Edmundo Rodríguez Sobrino.
Así lo desvelaba la secretaria del propio Rodríguez Sobrino, Clarisa Guerra, que comparecía el pasado 21 de abril en calidad de investigada ante el entonces instructor del caso Lezo, Eloy Velasco, en la Audiencia Nacional.
En su declaración, a la que ha tenido acceso OKDIARIO, Clarisa Guerra aseguraba desconocer los pormenores y los detalles sobre las operaciones empresariales y bancarias de su jefe Rodríguez Sobrino, provocando en varias ocasiones el enfado del juez Velasco, que actualmente desempeña su labor en la Sala de Apelaciones de la Audiencia.
Cuando era preguntada sobre las visitas de Rodríguez Sobrino a Ignacio González para hablar sobre la filial brasileña del Canal de Isabel II investigada, Emissao, Guerra afirmaba que ella «no veía esas reuniones», pero que un conductor del despacho le contaba que Rodríguez Sobrino «había estado en la Comunidad de Madrid».
Al ser preguntada por el juez sobre el porqué de las reuniones entre ambos, la secretaria aseguraba: «A nosotros nos caía muy mal este señor (González) en el despacho le llamábamos ‘el coletillas’ y le decíamos (a Rodríguez Sobrino) para que te vas a ver al ‘coletillas’ y a él le gustaba esa relación, se sentía a gusto».
A continuación, relata un episodio en el que ella misma pregunta a Rodríguez Sobrino sobre si «habían sobrevalorado la empresa Emissao o si se habían metido en algún lío. «¡Pues no Clari, pues no! ¡Cómo me preguntas eso!», asegura Clarisa Guerra fue la respuesta de un Rodríguez Sobrino muy enfadado.
La investigada continuaba con su testimonio asegurando que en la cuenta del despacho de Rodríguez Sobrino «había 900.000 euros y la mitad debe de estar invertido, pero están invertidos desde Crédit Agricole (Banco francés), desde aquí».
Además, decía desconocer en que países se encontraban dichos fondos, aunque creía que en «España». En ese momento, el juez Velasco pierde la paciencia por la imprecisión en las respuestas mientras ésta le aseguraba que «no era capaz de seguirle la conversación» porque estaba agotada. El magistrado le recodaba que él también llevaba «muchos días sin dormir, trabajando».
Clarisa Guerra reconoce que desde el despacho se pagaban 1.000 euros al mes a un «ecuatoriano», cuya identidad podría corresponder a un exministro de dicho país, y aseguraba que el delegado del Gobierno en Ceuta, Luis Vicente Moro, acudía a menudo al despacho de Rodríguez Sobrino para reunirse con él. Los investigadores localizaron en el domicilio de Luis Vicente Moro sobres con billetes de 500 euros, uno de los cuales a nombre de Ignacio González.
Colaboración con la justicia
Edmundo Rodríguez Sobrino permanece encarcelado desde que estallara el caso Lezo en abril. El que fuera presidente de la filial colombiana Inassa y mano derecha de Ignacio González en la estructura empresarial del Canal de Isabel II en Latinoamérica ha decidido colaborar con la justicia. Este viernes, el titular del Juzgado Central de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional fijaba para él una fianza de 100.000 euros en metálico para salir en libertad.
En su auto, el magistrado considera «inexistente» el peligro de fuga que se apreció en su día respecto del investigado. Valora igualmente que tampoco hay peligro de destrucción de pruebas, además de tener en cuenta la colaboración del empresario con la justicia al haber señalado la existencia de «activos patrimoniales que proceden indiciariamente de las arcas públicas procedentes de comisiones ilegales» que se habrían repartido los integrantes de la trama.
En los últimos meses, ha declarado ante el instructor del caso Lezo y la Fiscalía reconociendo «haber cobrado comisiones junto a González», concretamente 2,5 millones de dólares. Por su parte, la defensa del expresidente madrileño negaba estas acusaciones y afirmaba que todo respondía a un «pacto alcanzado por Rodríguez Sobrino para evitar el encarcelamiento de su hija embarazada». Patricia Ana Rodríguez es abogada de profesión según los investigadores, presunta testaferro de su padre.
La Fiscalía colombiana localizó en un apartamento de la ciudad de Barranquilla, a nombre de la hija de Rodríguez Sobrino, 262.000 euros en billetes.
Dinero incautado en Barranquilla a la hija de Edmundo Rodríguez Sobrino (Foto: Fiscalía de Colombia).