Mohamed VI desprecia a Sánchez desde que en 2011 censuró las elecciones de Marruecos como observador
El rey Mohamed VI desprecia a Pedro Sánchez desde 2011 cuando, siendo observador de una ONG, se atrevió a calificar en un informe de «antidemocráticas» las elecciones legislativas que se celebraban en Marruecos.
Pedro Sánchez había sido contratado por sus amigos de una ONG financiada por George Soros para formar parte de una delegación del National Democratic Instituto (NDI), que había sido invitada para hacer un seguimiento a las elecciones marroquíes, convocadas para el 25 de noviembre de 2011. La organización no gubernamental, que representaba al Partido Demócrata americano -como figura en el registro de lobbys de Bruselas- estaba formada por la canadiense Francesca Binda, los norteamericanos Tova Andrea y Jeffrey England -director del NDI en Marruecos, y el propio Pedro Sánchez.
En aquellos días, Sánchez, que acababa de terminar su legislatura como diputado en el Congreso (27-9-2011) después de permanecer cinco años como concejal en el Ayuntamiento de Madrid, pasaba por un vacío profesional que fue cubierto por su amigo George Soros. El especulador de las finanzas subvencionaba a través de Open Society Foundation (OSF) al lobby demócrata que daba cobertura a los observadores internacionales de visita a Marruecos.
Además del país magrebí, Sánchez repitió su tarea de observador independiente en otros procesos electorales y en misiones de carácter humanitario en los Balcanes. Su estrecha relación con Soros propició que el millonario húngaro-americano fuera una de las primeras personas en visitar a Sánchez en La Moncloa tras la moción de censura contra Rajoy, como desveló en exclusiva OKDIARIO.
El gran cabreo del Rey
Cuando los servicios secretos marroquíes informaron al rey Mohamed VI de la presencia en un hospital de Logroño del líder saharaui Brahim Ghali, inmediatamente recordó el informe de aquel joven socialista español de la misión internacional que denunciaba en un documento político “las condiciones poco democráticas” de las elecciones marroquíes.
El encargo a la misión de observadores del NDI era redactar un informe independiente y equilibrado del proceso democrático marroquí, pero Sánchez y sus tres compañeros se excedieron en su tarea y se mostraron excesivamente críticos con el régimen del monarca alauí.
Como ha sucedido ahora con la presencia en España del líder del Frente Polisario, no calcularon la susceptibilidad de la corona magrebí. Un ex embajador de Rabat en Madrid aseguró a OKDIARIO que aquella espina permanece clavada hasta la actualidad hasta el punto de que el monarca alauí lo escenificó públicamente.
Visita de Sánchez aplazada
Mohamed VI aplazó la visita de Sánchez a Rabat tras convertirse en presidente en junio de 2018. El rey rompía la tradición de los predecesores a Sánchez en La Moncloa: efectuar su primer viaje oficial fuera de España a la capital marroquí. Tan engorrosa situación sólo pudo ser encauzada con la intervención del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero ante el rey de Marruecos, aprovechando su estancia en Tánger en la Fiesta del Trono. Finalmente, los diplomáticos cerraron el viaje oficial de Sánchez en el mes de noviembre con varios meses de retraso.
La versión de los espías
Algunas fuentes de los servicios secretos españoles ven la decisión de la Presidencia del Gobierno de trasladar a Brahim Gali a España, según el Ministerio de Asuntos exteriores por razones humanitarias, como un dardo envenenado de Sánchez a Mohamed V: “Nadie logra comprender en la inteligencia española que el Gobierno estuviera convencido de que los espías magrebíes, muy bien repartidos en España, no se enteraran desde el primer momento del traslado de Ghali a un hospital de Logroño, incluso lo sabrían antes de partir de Argel. ¿Cómo se entiende entonces esto? ¿Motivaba la decisión de Presidencia alguna revancha personal de Sánchez con respecto a la corona alauí? No lo sé, pero el grado de irresponsabilidad es desproporcionado. Los resultados ahí están. Los servicios secretos españoles cumplieron una orden e hicieron bien su trabajo, pero el Gobierno no ha estado a la altura exigida”.
El rey Mohamed VI, cuando se enteró de la presencia de Ghali en España, recordó el dictamen del presidente Sánchez y del resto de observadores durante la campaña electoral de 2011 sobre la situación nada democrática de los comicios. Los cuatro expertos del NDI recriminaban al sistema marroquí su inmovilismo frente a la compra de votos, la falta de mecanismos de control de la financiación en la campaña electoral, una mayor implicación de la sociedad civil en la vida política del país y una reforma de su sistema electoral.
Los observadores internacionales afirmaban en su informe comentarios como éste: “La práctica de quemar papeletas válidas inmediatamente después del conteo de votos debe suspenderse a la luz de las normas internacionales y las mejores prácticas para la resolución de disputas. Del mismo modo, las autoridades electorales deben continuar haciendo todos los esfuerzos para garantizar la seguridad de las papeletas no utilizadas”.
La respuesta
Además, recomendaban: “A más largo plazo, y tal vez con vistas a elecciones municipales anticipadas en la primavera de 2012, las autoridades marroquíes deberían considerar revisiones del sistema electoral, así como de las circunscripciones, para aspirar a una mayor igualdad de distritos en base a criterios internacionalmente reconocidos. Además, se deben revisar, aclarar y fortalecer las reglamentaciones de los medios y otras leyes reguladoras”.
Y aconsejaban la ampliación “del diálogo político para hacer partícipes a los distintos componentes de la sociedad en la toma de decisiones que conciernen al futuro del país”.
La delegación de los demócratas estadounidenses -con Obama en la Casa Blanca, que había ordenado el bombardeo de Libia- podía tener razón en sus recomendaciones, pero los manuales de los diplomáticos aconsejan mantener con Marruecos la máxima prudencia en las observaciones sobre su régimen: “Las relaciones con el régimen alauí siempre han estado pendientes de un hilo. Ellos saben que nos pueden chantajear con las pateras de la inmigración ilegal, con el yihadismo y con el narcotráfico, pero nosotros, con el apoyo de nuestros socios europeos, podemos responder con medidas económicas. Podemos bloquear las ayudas y cerrar las fronteras a sus productos y al turismo. Marruecos exporta a España bienes por 6.000 millones de euros y recibe de Europa cientos de millones de euros. Pero no se les puede provocar convirtiéndose en los anfitriones de su peor enemigo”, afirmaron las mismas fuentes de los servicios secretos.