El ministro de Evo Morales investigado por Neurona sigue bajo arresto domiciliario tras pasar 6 meses en la cárcel
Uno de los ex ministros de Evo Morales implicados en el caso Neurona, Carlos Romero, se encuentra desde el mes de junio bajo detención domiciliaria tras haber pasado seis meses meses en la cárcel de San Pedro, en la ciudad boliviana de La Paz. Su detención se produjo a las cuatro horas de que OKDIARIO publicara, en enero de 2020, la ubicación del piso donde se escondía.
La Fiscalía señala a Romero y a otro ex ministro de Evo Morales como los nexos económicos entre el Gobierno de Bolivia y la consultora Neurona, vinculada a Podemos. Según el Ministerio Público, Romero fue junto con Juan Ramón de la Quintana, ex ministro de la Presidencia, el cabecilla de los pagos a los líderes de Podemos que investiga el Fiscal General del Estado, Juan Lanchipa, en el marco del caso Neurona. Por estos hechos, Bolivia ha pedido a España que Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón, entre otros, acudan a declarar como testigos.
Tras la dimisión de Evo Morales como presidente del país en noviembre de 2019, huyeron de Bolivia junto a él varios de sus ministros. Otros prefirieron asilarse en las Embajadas de México o Argentina en La Paz. Sin embargo, nada se sabía del paradero de Carlos Romero, ministro durante más de 10 años. En el último gobierno de Morales ostentó la cartera del Ministerio de Gobierno, lo que en España se denomina Ministerio del Interior.
OKDIARIO viajó entonces a Bolivia para investigar los pagos de Evo Morales a Podemos, y tras una ardua investigación, logró ubicar al otrora ministro más poderoso del país, que se escondía desde hacía tres meses en un minúsculo piso ubicado en una zona de rascacielos del céntrico barrio de Sopocachi, en La Paz.
No se sabía nada del paradero de Romero desde que Evo Morales huyó de Bolivia y se refugiara primero en México y después en Argentina, donde se encuentra en la actualidad. De hecho, las autoridades bolivianas sospechaban que Romero no se encontraba en Bolivia y llegaron a sospechar incluso que se podía encontrar en España. Pero la realidad era bien distinta: no se había movido del país. Vivía rozando la clandestinidad en un apartamento alquilado a nombre de su hermana, quien cada mañana bajaba al supermercado para comprar latas de comida.
Este periódico, una vez encontró el inmueble en el que Romero se escondía, sólo tuvo que esperar a que el ex ministro cometiera el error de salir a la calle. Tras 10 días de espera, el 8 de enero de 2020, Carlos Romero salió por primera vez en tres meses del apartamento y OKDIARIO le preguntó: “¿Cuánto dinero le ha pagado a Pablo Iglesias y a Podemos el gobierno de Evo Morales?”, “¿Por qué le han adjudicado varios millones a una asesoría vinculada a Juan Carlos Monedero?”, “¿En cuántas ocasiones se ha reunido usted con Pablo Iglesias?”. Ante estos interrogantes sobre el caso Neurona Romero respondió: “No te lo voy a contar. No conozco nada”.
Tras la publicación del reportaje de OKDIARIO, la Fiscalía emitió una orden de detención. Romero, al recibir la noticia, se desmayó en su domicilio y fue trasladado al Hospital Caja Petrolera de La Paz, donde, tras un internamiento de cuatro días, fue dado de alta con un diagnóstico de crisis de ansiedad leve. La Justicia decretó su ingreso en prisión preventiva en la cárcel de San Pedro, en La Paz, uno de los penales más peligrosos del mundo. Tras pasar encarcelado ocho meses, un juez le concedió la detención domiciliaria bajo una fianza de 350.000 bolivianos (al cambio 43.750 euros).
Hoy Romero se encuentra nuevamente en el domicilio en el que OKDIARIO lo localizó hace 10 meses. Sigue viviendo con su hermana. Y, como en enero, no sale a la calle. Esta vez no porque no quiera o porque tenga miedo, sino porque la Justicia se lo prohíbe. A día de hoy se encuentra a la espera de juicio. Sobre su espalda pesan cuatro procesos judiciales, entre los que se encuentran los pagos que el gobierno de Evo Morales realizó a la consultora Neurona vinculada a Podemos.
Amenazas a OKDIARIO
Tras publicar este periódico hace 10 meses el paradero de Carlos Romero y éste ser detenido por la Policía de Bolivia, el periodista que firmó el reportaje recibió un mensaje en su teléfono móvil este mensaje: “Te están siguiendo. Consejo: cuídate”. El texto iba acompañado de una fotografía, tomada por una cámara de seguridad, en la que aparecía el periodista en el interior de un comercio que había visitado pocos días antes en la zona sur de La Paz.
Estos hechos fueron denunciados a la Policía, que identificó al autor de las amenazas como el ciudadano boliviano David Iván Camacho Pérez, una persona próxima a Carlos Romero que resultó ser su enviado para tratar de frenar sin éxito las publicaciones periodísticas.
La fotografía y el mensaje de advertencia que el periodista de OKDIARIO recibió se envió desde un número de teléfono boliviano. En el momento en que este periódico comenzó a publicar noticias sobre Carlos Romero y la financiación de Podemos en Bolivia, el autor de las amenazas dio de baja sus dos números de teléfono: (+591) 765 100 XX y (+591) 697 359 XX. Este periódico cuenta con la numeración completa de la línea telefónica pero se limita a publicar los seis primeros dígitos para evitar entorpecer el trabajo operativo de la Policía.