Los matones enviados por el CNI mandaron sus currículums a la propia Corinna
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) contrató con fondos reservados, en abril de 2012, a la agencia Algiz Security de Mónaco para robar los documentos de Don Juan Carlos que Corinna Sayn Wittgenstein guardaba en su oficina del Principado.
El 2 de mayo el portugués Pedro Resende, que se presentaba como “manager de operaciones” de Algiz, remitía a Corinna un email con los currículum de los dos operadores de seguridad que iban a realizar los trabajos tecnológicos e informáticos en su oficina y domicilio monegasco.
Pero Corinna, su asistente Victoria y su segunda asistente Melisa comenzaron pronto a sospechar de lo que estaba ocurriendo en las instalaciones de la princesa. Los expertos en seguridad estaban allí por el interés de quienes los había contratado desde Madrid: más para recuperar los documentos que para ofrecerles protección. El propio conserje del inmueble les comentó que todo aquello no tenía sentido: de que los técnicos de Algiz permanecieran en el edificio las 24 horas del día.
Corinna comenzó a hacer preguntas incómodas a sus teóricos protectores, principalmente al general Sanz Roldán, el director del CNI, la persona que de facto coordinaba todo aquel operativo por orden de Su Majestad. Al mismo tiempo, con los trabajadores de Algiz mantenía un trato educado para evitar males mayores. Tenía miedo por su vida. Era una obsesión que la atormentaba.
La princesa no entendía, según comentó a sus colaboradores y a la policía monegasca, que un grupo de paparazzis -la excusa que le había puesto Don Juan Carlos para ofrecerle protección- justificara tal despliegue y una inversión de cientos de miles de euros, que ella además no pagaba.
No tenía sentido que unas oficinas situadas en la planta 17 de un edificio, donde además estaban ubicados los consulados de Marruecos y Japón y cercano a una Comisaría de Policía, requirieran tanta protección. Para ahuyentar a los ávidos periodistas sólo bastaba con hacer una llamada a la Policía del Principado porque los paparazzis saben cómo se las gastan los agentes del orden de Mónaco, siempre dispuestos a expulsarlos del país.
Operación Mónaco
La operación Mónaco, financiada con dinero de los presupuestos de La Casa, como se conoce la sede del CNI, se puso en marcha una semana después del accidente del entonces Rey en Botswana y de que la princesa alemana abandonara Madrid. Corinna recibió sendas llamadas de Don Juan Carlos y del director del CNI, Félix Sanz Roldán, para comunicarle que le iban “a mandar a una gente para garantizarle su seguridad”, según palabras pronunciadas telefónicamente por Su Majestad.
Y tal cual ocurrió. El 23 de abril, diez días después del incidente en Botswana, Corinna recibió en su móvil un mensaje, tras haber rechazado varias llamadas desde un número de teléfono desconocido. Minutos después recibió un texto por Whatsapp, al que ha tenido acceso OKDIARIO: “Nos han pedido de Madrid que nos coordinemos con usted”.
Horas después recibía un correo electrónico en alemán, a una hora del día un tanto intempestiva -las 23.08- de un tal Sascha Kunkel, que se le presentaba como el CEO de la sociedad Algiz Security, con sede en Mónaco. En el arranque del email reconocía una vez más su contratación desde Madrid: “Nuestros amigos en España nos mantienen constantemente informados y seguiremos en la misma línea”, admitía en su email.
El propietario de la agencia privada le comentaba a Corinna que habían visitado su oficina y apartamento de Mónaco y le explicaba varios aspectos de la seguridad de sus instalaciones: “Hemos llamado a nuestros especialistas técnicos y nos reuniremos con ellos esta mañana para discutir otros asuntos”. Kunkel, un ex oficial de la Legión Extranjera francesa, se despedía “con un cordial saludo” y con un afectuoso “suyo”.
Una agencia de seguridad para VIPs
Algiz Security es una agencia de seguridad constituida en Mónaco en enero de 2012, con domicilio en el número 2 de la Rue Honoré Labande. En su web oficial se jacta de aportar “un punto de honor en las operaciones altamente cualificadas” para cumplir bien sus misiones. Asimismo, se jacta de ofrecer siempre “un servicio óptimo” a sus clientes.
Según ellos, su experiencia ha sido construida por numerosas operaciones especiales desarrolladas por sus agentes en la Legión Extranjera Francesa. Su especialidad consiste en ofrecer un servicio VIP a clientes importantes en la zona de la Costa Azul y otros puntos de Europa.
La princesa vigilada por los mercenarios
La princesa descubrió que los mercenarios “contratados por el Gobierno español” -como se presentaron en su oficina los agentes de Algiz- la seguían a todas partes. Para evitar el acoso iba a comer a los restaurantes más caros de Mónaco a fin de que los mercenarios no la siguieran. El control sobre ella era tan extremo que llegaron a seguirla hasta Suiza, donde se desplazó a ver a su hijo.
El 11 de mayo recibió otro mensaje de Pedro Resende con el asunto: «Equipo de España». El coordinador de Algiz le informaba: “He recibido una llamada telefónica de los amigos de Madrid comunicándonos que el equipo español de barrido estará preparado para viajar a Mónaco el 4 de junio. Estiman que necesitarán cinco días completos para hacer el barrido de ambos, el apartamento y la oficina. Nuestra pregunta (Algiz y España) es si tú estás de acuerdo con el calendario propuesto o si tienes otra idea”.
Resende le decía además que los trabajos obligaban a que ella se ausentara del domicilio. Estaba claro que el CNI no la quería en su hogar.
Corinna les contestó que cinco días no eran suficientes para acabar aquel trabajo y que llamara a sus contactos del CNI porque no veía todo aquello como algo normal. ¿La respuesta? Una llamada de Sanz Roldán en la que le censuraba su forma de actuar. A raíz del incidente, la princesa alemana optó por romper las relaciones con la agencia Algiz y con los agentes del CNI enviados desde España para completar el trabajo.
En la cinta grabada por Villarejo a Corinna en su domicilio de Londres la princesa admitía: “Ha sido el propio Servicio -refiriéndose al CNI- quien me ha quitado esos papeles de la oficina de Mónaco en el 2012… Ha sido como tres semanas. Ha sido como un secuestro…. Han subcontratado a una agencia que se llama Algiz pero han venido, incluso, agentes del CNI de España para entrar en los ordenadores. Eso ha sido en mi opinión dos cosas: totalmente ilegal y segundo, un atropello”.
En la grabación, Corinna aseguraba a Villarejo y Villalonga que sus colaboradores poseían imágenes grabadas del general Sanz Roldán: “Los tienen filmados con las cámaras del edificio. A él es la segunda vez porque lo ha hecho en Inglaterra. Aquí tenemos al CNI. Mis abogados lo tienen cuando ha entrado en el hotel, en el Connaught. Y después ha venido a Mónaco».
Corinna disfrutaba de su residencia fiscal en el Principado monegasco desde 2008, donde mantenía unas excelentes relaciones con el Príncipe Alberto de Mónaco y su esposa Charlène. Una de sus sociedades, Apollonia Holding, está constituida en Montecarlo.