Los Mossos imputan a Murillo por “posesión de explosivos” porque tenía un petardo en casa

Manuel Murillo
Foto de Manuel Murillo Sánchez publicada en su cuenta de Facebook.

Manuel Murillo, el hombre que permanece en prisión desde hace dos meses porque amenazó con asesinar al presidente Pedro Sánchez, está imputado por los delitos de conspiración para cometer atentado contra el jefe del Gobierno, delito de odio, y tenencia y depósito de armas, municiones y explosivos.

El Juzgado de Instrucción número 3 de Tarrasa ha imputado a Murillo por un delito de tenencia de explosivos, porque los Mossos hallaron en su casa un petardo. OKDIARIO ha tenido acceso a los informes que la Policía autonómica remitió al Juzgado, tras detener a este vecino de 63 años de Tarrasa el pasado 19 de septiembre.

El informe describe minuciosamente todo el arsenal de armas intervenido a Murillo, tanto en el interior del vehículo que conducía cuando fue detenido, como en el interior de su casa. La única mención a los explosivos aparece al final de la lista de los efectos incautados en su casa: «un petardo casero con unos cuantos centímetros de mecha».

Pero ni siquiera este artículo justifica la acusación de tenencia de explosivos, ya que a efectos judiciales no tienen esta consideración ni los derivados de la pólvora ni los materiales pirotécnicos. Aunque se trate de un «petardo casero».

Pistolas de aire comprimido

Manuel Murillo fue detenido el pasado 19 de septiembre cuando abandonaba su casa al volante de un vehículo. El atestado de la Policía autonómica especifica que Murillo «no ofreció ningún tipo de resistencia a la detención, si bien en un registro superficial de su vehículo se han encontrado, entre otras cosas, los siguientes objetos».

A continuación cita una carabina marcha Chiappa modelo Little Badger del calibre 22 (su precio ronda unos 200 euros), una pistola de tiro olímpico Pardini modelo K2S (de aire comprimido), tres «visores telescópicos de precisión», cinco proyectiles de calibre 22 y un cuchillo de doble filo de la marca Santa Eulalia.

Los medios que defienden la tesis del «magnicio» sostienen que Murillo poseía «cuatro rifles de altísima precisión» capaces de acertar en un blanco a una distancia de 1.500 metros. En realidad, entre la 16 armas de fuego que le intervinieron los Mossos no hay ni una sola propia de un «francotirador». Más concretamente, no posee ningún arma capaz de hacer blanco a más de 400 metros de distancia.

Como ha informado OKDIARIO, este arsenal incluye tres pistolas y revólveres inutilizados, cuatro pistolas de aire comprimido, una escopeta de aire comprimido Hatsan 4.5, dos carabinas de calibre 22 que disparan balines, una ballesta casera y un rudimentario “lanzapatatas”, que dispara dardos caseros y hortalizas. Ninguno de estos artículos resulta muy adecuado para cometer un «magnicidio».

Hasta cuatro años de cárcel

El único arma de guerra que los Mossos le intervinieron en un Cetme (el rudimentario fusil que se utilizaba en la mili) que Murillo ha modificado, aunque todavía está por ver si está operativo. Su alcance es de 400 metros. Como ha informado OKDIARIO, los Mossos d’Esquadra han cometido un error de protocolo que podría llevar a invalidar las acusaciones de tenencia de armas, municiones y explosivos contra Manuel Murillo.

El artículo 166 del Reglamento de Armas establece que señala que cualquier autoridad pública que decomise armas de fuego debe entregarlas a la Intervención de la Guardia Civil para su depósito y análisis. Los Mossos no lo han hecho así, por lo que en el juicio, la defensa de Murillo podría invalidar la acusación de tenencia de armas y explosivos.

Este vigilante de seguridad de 63 años sí tendrá que hacer frente a las acusaciones de «conspiración para cometer atentado contra el jefe del Gobierno» (que pude reportarle hasta cuatro años de cárcel) y un delito de odio, aunque la Audiencia Provincial de Barcelona admite que «no cuenta con demasiados indicios».

La Fiscalía de la Audiencia Nacional declinó asumir este caso tras valorar que la actuación de Manuel Murillo no constituía una amenaza terrorista real, ni tenía planes efectivos para llevarla a cabo. Por este motivo, se causa continuará en el Juzgado de Instrucción número 3 de Tarrasa. Murillo se encuentra en prisión preventiva desde hace dos meses.

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