El CNI indujo a Rajoy a asegurar en la madrugada del 1-O que las urnas estaban «controladas»

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El ex director del CNI, Félix Sanz Roldán. (Foto: EFE)
Manuel Cerdán

En la madrugada del sábado al domingo 1 de octubre, ocho horas antes de la apertura de los colegios electorales, Mariano Rajoy estaba convencido de que las urnas del referéndum independentista estaban controladas y de que los secesionistas carecían de ellas. Así se lo había asegurado el CNI a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y ésta al jefe del Gobierno. Los espías españoles habían llegado a esa conclusión “tras efectuar un exhaustivo rastreo por empresas de todo el mundo” y el Gobierno lo asumió, según ha podido saber OKDIARIO de fuentes de La Moncloa.

A esas horas nocturnas, Rajoy, junto con su mujer Elvira Fernández, asistía en Madrid al banquete de la boda de uno de los hijos del exministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, muy confiado de que “todo estaba controlado”. Durante los postres hizo, en petit comité, algunos comentarios sobre la situación en Cataluña. Los invitados que tuvieron la oportunidad de conversar con el presidente se encontraron al Rajoy de sus mejores momentos, relajado y conversador.

“Sin urnas no hay votación”

Sobre la una de la madrugada, ante un reducido círculo de invitados, el presidente afirmó categóricamente que el CNI había garantizado al Gobierno que los independentistas no habían podido hacerse con las urnas. Y, por tanto, “sin urnas no puede haber votación”, sentenció Mariano Rajoy.

De ahí, la sorpresa que se llevó el presidente cuando, horas después, sentado ante el televisor de su salón del Palacio de la Moncloa, contemplaba con sus propios ojos cómo los secesionistas sacaban urnas de los maleteros de los automóviles y las introducían en los colegios electorales, o cómo algunas cajas de plástico ya estaban colocadas en las mesas de los centros habilitados. Rajoy maldijo a los inquilinos de La Casa, como se conoce a la sede del servicio secreto en la carretera de La Coruña, pero el mal ya estaba hecho.

Rajoy, mosqueado con el CNI

Las relaciones de Rajoy con el director del CNI, el general Félix Sanz Roldán, no transcurren por sus mejores momentos. En enero pasado, en el inicio de la legislatura, el presidente dudó sobre la continuidad del jefe de los espías. Sus enfrentamientos con el ex ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que acabó beneficiando a los partidos de oposición y, especialmente, a los independentistas catalanes. Gracias a la complacencia de los servicios secretos lograron articular el bulo de la denominada Operación Cataluña.

Al mismo tiempo, en la línea de esa estrategia, el editor del diario Público, que en los últimos años se ha convertido en el portavoz del CNI, produjo el documental Las cloacas de Interior, convirtiendo al ministro espiado, a quien grabaron en su despacho, en el muñidor de una supuesta policía calificada de patriótica.

Meses después, se producía una nueva brecha entre Rajoy y Félix Sanz. El general destituía de la Secretaría General del CNI a Beatriz Méndez de Vigo, la hermana del portavoz del Gobierno, y la enviaba a la delegación de Pekín, la capital de China. En su lugar colocó a su jefa de Gabinete.

El patinazo del CNI en Cataluña es el último incidente que ha enfriado las relaciones entre los servicios secretos y La Moncloa.

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