Uribe llama a tomar las calles de Colombia y denuncia que su hermano es un «preso político»

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Álvaro Uribe, ex presidente de Colombia. (Foto: AFP)

No quedan más que dos semanas para que Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, y Timochenko, líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se reúnan para firmar el llamado acuerdo de paz. Será el 23 de marzo cuando se prevé que se selle un texto que se lleva negociando más de un lustro en La Habana, bajo la observación de la dictadura castrista cubana.

Entretanto, el clima político en Colombia se enrarece, y los demócratas se despellejan unos a otros a cuenta del acuerdo con la narcoguerrilla. El ex presidente Álvaro Uribe Vélez, contrario a lo que él llama «claudicación ante los terroristas», denuncia la «persecución política» contra él, sus familiares y su partido. Y señala directamente al presidente Santos y al fiscal general, Eduardo Montealegre.

El pasado lunes 29 de febrero, la Fiscalía General ordenó la detención en Medellín de Santiago Uribe, hermano menor del ex presidente, por los supuestos delitos de concierto para delinquir y homicidio agravado. Las acusaciones datan de hace casi dos décadas y han sido archivadas en al menos dos ocasiones por falta de pruebas, pero las mismas veces se han reactivado ante la aparición de nuevos testigos o ante oportunidades políticas, como la actual.

Presiones de la Presidencia

El ex presidente Álvaro Uribe ha denunciado que el fiscal «celebró la captura y anunció que el país temblará antes del 27 de marzo, cuando termina su periodo». Es más, en una nota pública, Uribe afirma que el «presidente Santos» está detrás de las presiones a su familia y lo acusa de haber anticipado que su hermano «sería capturado».

Los presuntos testigos que acusan a Santiago Uribe, ganadero de profesión, son ex policías condenados por asesinato y paramilitares presos, según Uribe, a los que ha pedido que se deduzca testimonio «por falsedad». Pero las investigaciones no han avanzado, en contra de lo que sí ha ocurrido con su hermano, a quien se acusa de haber fundado el grupo paramilitar ‘Los Doce Apóstoles’ que, en los años 90, atentó contra las narcoguerrillas.

Álvaro Uribe ha pedido a la Comisión Interamericana de Derecho Humanos (CIDH) la intervención en el caso y una observación internacional para asegurar el respeto de los derechos de su hermano.

No termina ahí el supuesto hostigamiento oficial a los contrarios al proceso con las FARC. Este viernes, los hijos de Uribe, Jerónimo y Tomás, acudieron voluntariamente a declarar ante la Fiscalía en Bogotá para ponerse «a disposición de la Justicia» para aclarar sus relaciones profesionales con James Arias el Chatarrero. Los hermanos Uribe regentan una empresa de reciclaje y tenían noticias de su inminente arresto.

En dicha carta, los hijos de Uribe afirman tener hasta seis testimonios de personas que les anunciaron durante el año pasado su próxima detención por tratos ilícitos con Arias. Esos testimonios, cuatro de ellos por escrito y dos bajo juramento, denuncian las presiones de la Fiscalía y de la propia Presidencia de la República de Colombia para que se declarara contra la familia Uribe y, así, impulsar su arresto.

El ex presidente ha denunciado que su hermano es un «preso político» al que mantienen «incomunicado», pese a que la Procuraduría general de Colombia ha pedido que se le levanten las medidas cautelares, dada la endeblez de las pruebas y el nulo riesgo de huida.

Sin embargo, el Gobierno de Santos niega cualquier tipo de maquinación política en contra de su antecesor o sus partidarios y familiares. Asegura su ministro de Justicia, Yesid Reyes, que estas investigaciones se llevan a cabo con el curso normal de los procesos, y ha retado a Uribe a que muestre las pruebas con las que dice contar.

El hoy senador y fundador del Centro Democrático, insiste en acusar a su sucesor en la Casa de Nariño, sede de la Presidencia, de «traicionar» a Colombia y de «mentir para lograr un acuerdo con los terroristas de las FARC». Para ello, denuncia Uribe, «Santos no ha dudado en torcer las leyes y convertir los secuestros y el narcotráfico en delitos políticos que le permitan amnistiar a los criminales».

Por todo esto, el ex presidente, que también denuncia que la Presidencia persigue a quien fue el último candidato del CD contra Santos en las elecciones, Óscar Iván Zuluaga, para «capturarlo». Y, así, ha llamado a los colombianos a salir a la calle el próximo 2 de abril.

«La situación en el país es muy grave», denuncia Uribe. «Están culminando la entrega a los terroristas», acusa a Santos. «Hagamos todos el esfuerzo de defender la democracia».

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