La Unión Europea se muestra seriamente preocupada por la represión en Turquía
La Unión Europea (UE) se ha mostrado “seriamente preocupada” por la represión y persecución contra la oposición y sectores como el universitario llevadas a cabo por el Gobierno de Turquía dirigido por Recep Tayyip Erdogan.
La UE exigió este jueves la liberación inmediata de los estudiantes detenidos en el país euroasiático en las protestas contra la deriva autoritaria e islamista del Ejecutivo turco y contra el nombramiento como rector de la Universidad del Bósforo de Melih Bulut, muy próximo al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del presidente Erdogan.
La instancia comunitaria dijo estar «seriamente preocupada» por la represión y el deterioro del Estado de derecho en este país, según se expresó en un comunicado del jefe de su diplomacia Josep Borrell. «La Unión Europea está seriamente preocupada por la evolución negativa de la situación en Turquía en los ámbitos del Estado de derecho, los derechos humanos y el sistema judicial», advirtió Josep Borrell en este comunicado de prensa. «Pedimos a Turquía que respete sus obligaciones nacionales e internacionales y que libere a los detenidos arbitrariamente por haber ejercido su derecho de reunión pacífica en las últimas semanas», añadió. Las relaciones entre la UE y Turquía han sido difíciles desde el año pasado.
Los líderes de la UE han tomado nota del deseo de normalización del presidente Recep Tayyip Erdogan, pero pidieron «gestos creíbles» y «esfuerzos duraderos» para hablar en una cumbre europea los días 25 y 26 de marzo.
Josep Borrell denunció la detención de más de 100 estudiantes arrestados mientras «ejercían su legítimo derecho a la libertad de reunión» y la decisión del gobernador de Estambul «de prohibir todo tipo de reuniones, manifestaciones y marchas» en distritos de la importante ciudad otomana.
En las pasadas protestas del lunes y el martes, la Policía se llevó detenidas al menos a 230 personas, la mayoría de ellas estudiantes, según fuentes presenciales. Las fuerzas de seguridad dispersaron a los estudiantes desde el interior del campus universitario, y tampoco permitieron que los estudiantes vinieran a solidarizarse con sus compañeros y los agredieron.
Los manifestantes se enfrentaron a la Policía coreando consignas como: «Que salga la Policía» y «Las universidades son nuestras». Se denunciaba la elección arbitraria de Bulut sin haberse celebrado elecciones principalmente.
El movimiento estudiantil está siendo fuerte contra los intentos del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan de incrementar el control sobre los centros universitarios.
Las manifestaciones de profesores y alumnos contra Bulut se han sucedido frente al rectorado de la Universidad del Bósforo prácticamente todos los días desde el 4 de enero, con actos puntuales en otros barrios de Estambul.
Estas decisiones «constituyen un desarrollo profundamente preocupante y van en contra del compromiso declarado de las autoridades con las reformas destinadas a acercarse a los valores y estándares de la UE», dijo el comunicado oficial de la UE.
«El uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía contra personas que ejercen su derecho a la libertad de opinión está en contradicción con las obligaciones de Turquía como país candidato y miembro de larga data del Consejo de Europa», añadió la nota oficial.
Continúa así la persecución de Recep Tayyip Erdogan contra opositores, principalmente personas próximas al Partido Republicano del Pueblo (CHP), que arrebató el poder en las importantes ciudades de Estambul y Ankara al AKP de Erdogan en las pasadas elecciones municipales, y al Partido Democrático Popular prokurdo (HDP), acusado por el poder de apoyar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que es acusado desde el Gobierno por apoyar supuestamente actos terroristas al sur del país euroasiático. El propio CHP puso abogados a disposición de los universitarios detenidos en las últimas protestas.
El presidente Recep Tayyip Erdogan sigue aumentando la presión sobre la oposición ante la crisis política que sufre su partido por la pérdida de apoyos en el interior del país, representada sobre todo con la dura derrota en las últimas elecciones municipales y el cansancio de cierta parte de la población, sobre todo los jóvenes, ante las políticas autoritarias y de carácter radical islamista del Ejecutivo y ante la difícil situación económica que sufre el país.