Una ministra de Bélgica dice que su país «existirá en 2020, pero no en 2025»
Flandes al norte y Valonia al sur. Bélgica es desde sus comienzos un país partido por la mitad, creado de forma una tanto artificial entre Francia y Alemania hace cerca de 200 años. Los flamencos, más ricos que los valones más cercanos a la cultura francesa, luchan desde hace años por una mayor autonomía e incluso una independencia. Así lo ha recordado una de las ministras de la región quien ha marcado en el calendario el 2025 como una posible fecha para la secesión del país en dos regiones y Bruselas como ciudad independiente.
La encargada de las materias de Interior, Pobreza, Vivienda, Integración o Igualdad, Liesbeth Homans, ha concedido una entrevista a la cadena pública flamenca VRT. «2020 es demasiado pronto para la desaparición», ha destacado, pero se ha mostrado confiada de que «no será más el caso para el 2025». Las elecciones programadas para 2019 si continúan las expectativas actuales marcarán un periodo de una mayor autonomía de las autoridades federales.
Al final de la actual legislatura de su partido, el N-VA, en español la Alianza Neo-Flamenca, dice Homans, pondrá sobre la mesa sus nuevas reivindicaciones. A diferencia de en otras ocasiones esta vez, señala, «no serán exigencias de una reforma al uso del actual funcionamiento del Estado”. En lugar de “una enésima pequeña reforma constitucional», promete para 2019 un cambio profundo de objetivos.
Se trata de un fragmento filtrado de una entrevista que forma parte de una serie en la que la VRT entrevista a todos los líderes al comienzo de la legislatura para al final de la misma vean la luz y se haga balance. En este caso este avance cuenta con el beneplácito de la política nacionalista.
La idea sería proponer literalmente «una escisión de Bélgica, la transferencia de competencias máximas a las regiones y entidades federales». Mediante esta vía se derivaría que «el país desaparecería por sí mismo». La política nacida en Amberes afirma que esta reivindicación va en línea con los estatutos del partido que ansían «una república independiente de Flandes, Estado Miembro de una Unión Europea democrática”.
Considera que nuevos avances en esta etapa de cinco años serán imposibles por el primer ministro Charles Michel que lidera el gobierno de coalición en el país. Las medidas tendrán que quedarse en «en el congelador» mientras el político liberal esté al frente del Estado.
Tras la emisión en televisión las reacciones de sus colegas no han tardado en llegar. La líder del grupo socialista Laurette Onkelinx en Twitter ha dicho que «hay que ser un avestruz para ignorar después de las declaraciones de Homans el objetivo de la N-VA: el fin de Bélgica». El número uno de los demócratas francófonos Olivier Maingain ha denunciado que con sus palabras Homans confirman sus sospechas que con una Bélgica federal se enmascara el camino hacia la independencia. Los reformistas apuntan que están totalmente movilizados en la actual legislatura reiterando su «compromiso con la unidad del país, al igual que otros partidos de habla francesa».
Por otra parte, cabe recordar que una reforma del Estado requiere una mayoría de dos tercios y varios grupos que se necesitan para alcanzar esa mayoría no están por la labor. Además el también miembro de la N-VA, el viceprimer ministro de Bélgica Jan Jambon ha querido recontextualizar las polémicas palabras, “los estatutos dicen lo que dicen pero el tiempo es otra cosa”. Mientras que el presidente de la N-VA Bart De Wever también ha querido matizar el calendario. «La N-VA quiere mayor regionalización y más Europa, pero por otra parte, tenemos que ver cómo evoluciona Bélgica, yo personalmente evitaría hablar de fechas «, ha comentado.