El terrorista de Niza «planeó el ataque durante varios meses y contó con cómplices»
El autor del atentado de Niza, Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, no estaba tan loco como decían las primeras informaciones que atribuían su acción a un acceso brutal de celos producto un problema familiar. Según el titular de la Fiscalía francesa, François Moulin, el terrorista «planeó su ataque durante meses» y «contó con apoyo y cómplices».
Hace una semana, el pasado jueves 14 de julio y en plena Fiesta Nacional francesa, un joven de 31 años de origen tunecino condujo durante dos kilómetros del paseo de los Ingleses de la turística ciudad de Niza, capital de la Costa Azul, moviendo el volante de izquierda a derecha atropellando a la masa de miles de personas que se habían congregado para contemplar el castillo de fuegos artificiales.
Murieron 84 personas, entre ellos una decena de niños, y más de 100 resultaron heridas, 50 de extrema gravedad, hasta que agente de policía lograron detener el vehículo disparando al terrorista hasta que lo abatieron.
Las primeras informaciones se encaminaron a considerar a Bouhlel como una persona desequilibrada, sin ningún lazo con su religión, que no practicaba con asiduidad, y cuyos preceptos se saltaba con facilidad: comía carne de cerdo, visitaba poco la mezquita, no respetó el reciente Ramadán…
Sin embargo, pocos días después del ataque, el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, ya contempló la posibilidad real de que Bouhlel se hubiera «radicalizado muy rápidamente» pasando inadvertido a los servicios secretos franceses.
Ese mismo día, el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS) afirmó que el tunecino era “un soldado” de esta organización yihadista que actuó “en respuesta a los llamamientos lanzados” por sus líderes en internet, según afirmó la ‘agencia’ Amaq, vinculada al grupo yihadista.