Pekín y Seúl acuerdan sanciones contra Corea del Norte si lleva a cabo otra prueba nuclear
China y Corea del Sur coincidieron este lunes en la necesidad de tomar nuevas medidas contra el régimen norcoreano si éste lleva a cabo una prueba nuclear, en momentos en que una flotilla aeronaval estadounidense se dirige hacia la península coreana.
«Acordamos que debería haber duras medidas adicionales, basadas en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, si el Norte sigue adelante con un ensayo nuclear o el lanzamiento de un misil balístico intercontinental, a pesar de las advertencias de la comunidad internacional», declaró a la prensa Kim Hong-kyun, el enviado de Seúl para cuestiones nucleares, tras reunirse en la capital surcoreana con su homólogo chino, Wu Dawei.
Pyongyang podría estar planeando «una provocación estratégica» para marcar fechas políticas claves este mes, dijo Kim, que añadió que la visita del alto diplomático chino enviaría «un fuerte aviso» al régimen norcoreano. Wu, por su parte, no habló con la prensa tras el encuentro.
China es el único aliado y apoyo económico de Corea del Norte, y en febrero decidió suspender todas sus importaciones de carbón norcoreano como castigo por la última prueba de un misil de Pyongyang.
¿Sexta prueba nuclear norcoreana?
Numerosos observadores temen que Corea del Norte prepare un sexto ensayo nuclear con motivo de las inminentes celebraciones del 105º aniversario del nacimiento del fundador del régimen, Kim Il-sung.
El presidente estadounidense Donald Trump, que sorprendió la semana pasada por la rapidez con la que decidió bombardear una base aérea siria, pidió a sus asesores «un abanico completo de opciones» contra el programa nuclear de Pyongyang, anunció el domingo su consejero de seguridad nacional, el general H.R. McMaster.
El encuentro de este lunes tuvo lugar días después de la primera cumbre entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, durante la cual el presidente estadounidense exhortó a Pekín a hacer más para frenar las ambiciones nucleares de Corea del Norte.
«[Estamos] preparados para trazar nuestra propia estrategia si China no puede coordinar esto con nosotros», declaró el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, tras la reunión entre Trump y Xi.
Una amenaza que parece aún más creíble desde el jueves, cuando Estados Unidos lanzó misiles de crucero Tomahawk contra la base aérea siria desde donde, según Washington, despegaron los aviones responsables de un ataque químico contra la localidad rebelde de Jan Shejun, el martes.
Varios expertos sobre la cuestión norcoreana consideran, de hecho, que el ataque estadounidense fue también una señal hacia Pyongyang y Pekín para mostrar un cambio de estrategia de Washington respecto a los temas geopolíticos más complejos.
Corea del Norte calificó el ataque estadounidense en Siria de «agresión intolerable», que demostraba «más de un millón de veces» la pertinencia de su programa nuclear.
«Pensar en la población»
El régimen de Kim Jong-un, que quiere que sus cabezas nucleares puedan alcanzar el territorio continental de Estados Unidos, ha acelerado mucho sus programas atómico y balístico en los últimos tiempos, realizando sus cuarto y quinto ensayos nucleares desde principios de 2016.
El ministro surcoreano de Unificación, Hong Yong-pyo, opinó el lunes que las repercusiones de una posible acción militar contra Corea del Norte podrían ser preocupantes. «Unos ataques preventivos quizás busquen resolver el problema nuclear norcoreano, pero nosotros tenemos que pensar en la seguridad de la población», dijo a los periodistas.
El interés de los bombardeos es que Estados Unidos podría «desnuclearizar al Norte por la fuerza», explica por su parte James Kim, analista del Instituto Asan de Estudios Políticos de Seúl. «Pero esto tendría un coste enorme para la región y para Estados Unidos», añade, alertando sobre el riesgo de una desestabilización regional.