Obama anuncia un plan para cerrar el centro de detención de Guantánamo

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Barack Obama, en una reciente comparecencia en la Casa Blanca. (Foto: Getty)

El presidente Barack Obama ha presentado este martes un plan largamente esperado al Congreso a cerrar el centro de detención de Guantánamo, insistiendo en que el mantenimiento de la prisión abierta es «contrario a nuestros valores».

«He sido siempre muy claro con que el centro de detención de Guantánamo no ayuda a nuestra seguridad nacional», ha dicho desde la sala Roosevelt en la Casa Blanca de Obama. «Socava nuestra posición en el mundo».

Funcionarios estadounidenses dicen que el plan, cuya fecha tope para ser presentado era precisamente este martes 23 de febrero, y que ha estado en la agenda de Obama desde que asumió el cargo en 2009, pide hasta 475 millones de dólares en los costos de construcción, según ha informado la agencia Associated Press. Los fondos irán, en parte, a cubrir la transferencia de algunos de los 91 detenidos restantes a instalaciones en Estados Unidos, pero la Administración Obama considera que, en última instancia, tal inversión se verá compensada por ahorros de hasta 180 millones de dólares al año en costes de mantenimiento de la prisión.

La Casa Blanca ha identificado 13 posibles instalaciones en Estados Unidos donde podrían trasladarse algunos de los prisioneros -los considerados demasiado peligrosos para liberar- actualmente detenidos en Guantánamo.

De los 91 sospechosos de terrorismo que permanecen en la prisión ubicada en la base militar estadounidense en el sureste de Cuba, que en su pico albergó a 700 reos, unos 35 ya fueron autorizados a ser enviados a otros países en los próximos meses. Otro grupo, entre 30 y 60, serían trasladados a las instalaciones en suelo estadounidense, bajo custodia del Departamento de Defensa.

Como el «deshielo» cubano

En los mismos términos en los que presentó su «deshielo» con el régimen cubano en diciembre de 2014, el presidente de Estados Unidos ha dicho en su comparecencia en la Casa Blanca, que su iniciativa busca «cerrar un capítulo» en la historia de su país.

El Departamento de Defensa espera que el plan convenza a los legisladores para permitir la transferencia de cerca de 60 detenidos a territorio de EEUU, pero ofrece pocos detalles. Probablemente se tope, de nuevo, con la oposición de la mayoría de representantes y senadores, que han aprobado varias legislaciones que prohíben cualquier esfuerzo para mover los detenidos a suelo norteamericano.

No hay que olvidar que las dos cámaras del Congreso estadounidense están dominadas por la mayoría republicana y que el momento electoral -este mismo martes hay caucus republicanos en Nevada- no es la mejor fecha para lograr un debate sano sobre cualquier asunto, mucho menos sobre uno tan sensible.

El republicano Mac Thornberry, representante por Texas, presidente del Comité de Fuerzas Armadas de la Cámara, ha dicho que su grupo celebrará una vista sobre el plan de cierre. Pero la mandó una carta a Obama advirtiendo que el Congreso ha dejado claro qué datos deben incluirse en cualquier plan y que cualquier cosa menos que eso sería inaceptable.

Según fuentes oficiales del Pentágono, el plan prevé el envío de un número determinado de reclusos a 13 países diferentes, incluyendo siete establecimientos penitenciarios existentes en Colorado, Carolina del Sur y Kansas, así como otros seis lugares en las bases militares actuales. El documento no recomienda un sitio preferido y las estimaciones de gastos están destinados a proporcionar un punto de partida para una conversación con el Congreso.

«Atrapado en su promesa»

«El presidente Obama parece sentirse atrapado en su promesa de la campaña de 2008», ha dicho el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, republicano de Kentucky. McConnell recuerda que el Congreso ha expresado su opinión sobre el plan de Obama a través de múltiples votos para impedir la transferencia de los terroristas a las comunidades en los EEUU.

Por suparte, Obama insiste en que éste es un plan que tenía el acuerdo de ambos partidos y que «la política» ha impedido avanzar. «La política» es como Obama llama al bloqueo político al que se ha visto sometida su Administración desde mediados de la primera legislatura, cuando las cámaras legislativas pasaron al control republicano.

«La primera vez que me postulé para presidente, todos reconocieron ampliamente la necesidad de clausurar la instalación», ha rememorado Obama, añadiendo que tanto el ex presidente George W. Bush como el ex candidato presidencial republicano con el que se midió Obama en 2008, John McCain -hoy representante por Arizona-, respaldaban de cierre.

Sin embargo, estos planes se hicieron impopular, dijo Obama. «De repente, muchos de los que apoyaban el plan se echaron atrás porque estaban preocupados por la política», dijo.

La posibilidad de una acción ejecutiva

Los miembros del Congreso han estado demandando el plan de Guantánamo durante meses, y los que representan a Carolina del Sur, Kansas y Colorado han mostrado su oposición a la llegada de los reclusos a sus estados.

La Administración Obama tiene por el momento prohibido por ley el traslado de detenidos en Guantánamo a los Estados Unidos.

«Aquí el presidente no puede utilizar una estrategia de boli y teléfono para dejar al Congreso como el que no ha querido actuar», dijo McConnell. La Casa Blanca no ha descartado oficialmente la posibilidad de que el presidente, con la acción ejecutiva para cerrar prisión de Guantánamo si no se llegó a un acuerdo con el Congreso.

Y Obama así lo ha sugerido: «No quiero dejar este problema al próximo presidente». Quizá porque no se fíe de que su sucesor tenga esta medida entre sus planes.

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