Maduro hace el ridículo creyéndose nuevamente ‘SuperBigote’ mientras aplasta a la oposición
El dictador venezolano promociona el culto a su persona para distraer la atención de los problemas que acucian al país
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La persecución a la disidencia, la escasez de alimentos, agravada por una inflación escandalosa, la inseguridad ciudadana, la deplorable situación del sistema sanitario y de los hospitales públicos, la violación de los derechos humanos y la pobreza, han conducido a los venezolanos a una crisis humanitaria sin precedentes.
A pesar de esta indignante situación, el dictador Nicolás Maduro no cesa en sus delirios. El último de ellos es el relanzamiento de una temporada nueva de «SuperBigote», el superhéroe que reencarna al sátrapa venezolano y cuyo objetivo tradicional era el villano de EEUU, pero que ahora en plena campaña electoral trata de vender como sea lo que él considera sus logros.
En el último capítulo, estrenado desde las redes sociales del dictador, la propaganda chavista presume de la construcción de viviendas y del emprendimiento en Venezuela, algo que es literalmente falso porque Venezuela es sólo por delante de Corea del Norte el país con menor libertad económica del mundo, según el índice que anualmente elaboran la Fundación Heritage y The Wall Street Journal.
El emprendimiento al que hace referencia la dictadura es únicamente la búsqueda de medios de subsistencia de miles de venezolanos abocados sino a la pobreza y la hambruna.
El vergonzoso dibujo animado forma parte de la amplia campaña de manipulación, adoctrinamiento y desinformación impulsada por la dictadura venezolana a través de la propaganda política.
Las redes sociales ardieron con comentarios como «la ridiculez y culto a la personalidad en su máxima expresión, en la figura de un súper héroe al mejor estilo colonial e imperialista de Superman. Además de la representación del prototipo de maracucho barrigón lo peor es el anillo de esmeraldas del pelucón, que digo, del bigotón» o «Venezuela, país sumido en la miseria por obra de Nicolás Maduro».
Pero «SuperBigote» es también un vehículo de distracción para que no se hable del hostigamiento y amenazas del régimen autoritario sobre la oposición venezolana. Dado el amplio rechazo que Nicolás Maduro enfrenta en las encuestas, el régimen chavista trata de desalentar la participación y fragmentar al máximo a la oposición. Además de la judicialización de los partidos políticos opositores, el respaldo a candidatos «pseudo opositores» y el desmantelamiento del CNE, el régimen ha vuelto a recurrir a la estrategia de inhabilitaciones políticas y la violencia dirigida hacia sus contrincantes, como las conocidas de María Corina Machado y Henrique Capriles.
Cambios en la carrera electoral
No obstante, desde la oposición no se dan por vencidos y los trece candidatos a las primarias del 22 de octubre suscribieron un programa común de gobierno hace dos semanas, lo que representa un compromiso de unidad y fuerza con el que piensan derrotar a Nicolás Maduro a pesar de sus amenazas de represión contra ellos.
Otro de los pasos dado por el dictador fue nombrar la pasada semana a Elvis Amoroso como un nuevo presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), el organismo electoral del país, un siniestro personaje incluido en la lista de sancionados por EEUU y que inhabilitó recientemente las candidaturas de Machado y Capriles.
La decisión de Maduro de cambiar de prisa y corriendo al presidente del CNE es una estrategia para controlar las próximas elecciones, coinciden los expertos. El candidato que gane las primarias de octubre se enfrentará con casi total seguridad al dictador como candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Si Maduro gana las presidenciales de 2024 permanecerá en el poder por un tercer período de seis años, es decir, hasta 2030.