La primera ministra de Polonia en la Eurocámara: “Tenéis asuntos más importantes”

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La primer ministro de Polonia, Beata Szydlo, durante su intervención en la Eurocámara. (Foto: AFP)

Un debate del que se esperaba más. Por primera vez, un primer ministro de un estado miembro se enfrentaba a la sesión solemne de la Eurocámara en Estrasburgo. Tras las durísimas acusaciones realizadas por la Comisión Europea ha reinado la concordia y las buenas palabras tanto de la líder polaca como de los grupos mayoritarios, populares y socialistas. Los liberales han sido los más críticos y también se han escuchado con fuerza las voces más disonantes que dan un espaldarazo a las cuestionables medidas y llaman a desmontar la UE.

Durante un primer discurso Szydło ha llamado a la prudencia y a manifestado su voluntad de aclarar los posibles malentendidos. En reiteradas ocasiones ha justificado sus señaladas políticas por la mayoría que apoyó a su formación en los últimos comicios, un paso a las urnas plenamente democrático, tal como ha remarcado. Apunta a que “las declaraciones injuriosas e injustas hacia el Gobierno polaco son por la falta de información o por mala voluntad”.

Muy tajante ha dicho que “no ha habido violación de la Constitución”, un elemento que considera sagrado, “no ha pasado nada malo”. Ha remarcado que “no hay razones para dedicar tanto tiempo a los asuntos polacos”. “La historia nos ha enseñado que los asuntos polacos tienen que ser resueltos por polacos, cuando otros lo hacen por nosotros, sucede lo peor”.

Para sorpresa de algunos se ha mostrado como el adalid de la vanguardia en su entorno. Remarca que los valores que caracterizan a su pueblo son “la libertad, la igualdad, la justicia o la soberanía” recordando una y otra vez, al igual que los diferentes eurodiputados que han tomado la palabra, la larga cadena de contratiempos a los que han tenido que hacer frente a lo largo de toda la historia.

Evitando un discurso que podía haber caído en el victimismo, la líder política ha optado por una visión constructiva. Dice que “formamos parte de la UE, somos y seremos una parte integrante y queremos una Europa que cuide de todos sus ciudadanos». A pesar de ello, al término de sus diversas alocuciones ha remarcado que se siente europea pero antes primero se siente ciudadana polaca.

No opinan igual muchos de los manifestantes pro europeos que se han dado cita en las últimas jornadas en Bruselas. Unas concentraciones que también han tenido su respuesta con la llegada incluso de ciudadanos polacos pro Szydło de diversas partes de Bélgica. También se han desplazado hasta el Hemiciclo en Estrasburgo interrumpiendo el debate y siendo llamados al orden por el presidente del órgano.

Se han echado en falta la discursos más argumentados citando algunas de los puntos más polémicos de las acciones emprendidas por el gobierno ultraconservador. Los portavoces de los populares y los socialistas, González Pons y Pitella respectivamente, han elogiado la trayectoria de Polonia y las críticas han sido bastante suaves.

Uno de los momentos más agrios se ha producido cuando la primera ministra ha tratado de defender su reforma del Tribunal Constitucional y de la ley de medios públicos. Dice que es el Ejecutivo nacional quien tiene que «garantizar la neutralidad y la objetividad». A lo que el español González Pons ha dicho que “eso es como poner a la zorra a cuidar del gallinero”.

Por su parte, el liberal Verhofstadt ha encarnado la oposición más crítica. Ha mostrado su esperanza de que el pueblo polaco no permita una regresión en el tiempo. Ha señalado al partido polaco Ley y Justicia como el facilitador de los planes de Putin para desestabilizar a la UE. Incluso saltándose el orden de palabra ha insistido a la polaca para saber si aceptarán la resolución que evaluará las medidas polacas de la Comisión de Venecia. Ante eso, no se ha retratado, “veremos primero qué pasa”, ha mencionado al final.

Además de la tibieza de la izquierda minoritaria y los verdes, ha destacado la defensa de los ‘tories’ de Cameron que están adscritos al mismo grupo políticos que Szydło. Su portavoz, Kamall, ha llamado a la “tranquilidad” y a rechazar cualquier “interferencia” en asuntos que no incumben a Bruselas, recordando que en países como Hungría, Francia e Italia ante polémicas similares no se ha acumuado.

La nota patética la han protagonizado varios diputados de grupos minoritarios que incluso han provocado la sonrisa de la líder polaca. Entre los más estrambóticos, han tomado la palabra el polaco Marusik, un euroescéptico del grupo de Le Pen que ha señalado que el debate oculta otros temas importantes que deberían acabar con el proyecto comunitario, el libertario Marusik para el que no le importan las críticas a su país pero sí el hecho que se realice el debate de por sí o el neonazi Korwin-Mikke que literalmente dice “no soy demócrata, odio la democracia y hay que destruir la UE”.

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